El fantasma de la opera (versión mejorada)

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Clint Torrance estaba en su pequeño apartamento mientras el televisor estaba encendido, se vestía para regresar a su viejo empleo, el cuidador del teatro, habían pasado ya dos semanas desde la muerte de su mejor amigo y era tiempo de afrontarlo, mientras la televisión vieja presentaba las noticias de ciudad central
-y con el gran teatro terminado el magnate Faustus Dant a anunciado ya la primer obra en presentarse, Romeo y Julieta, cuando al señor Dant se le preguntó el por que de su obra dijo lo siguiente
-"para inaugurar nuestro gran teatro decidimos el presentar una obra muy conocida por el publico popular como una pequeña demostración de lo que se aproxima, pronto mas maravillosas obras serán dadas a conocer en este hermoso teatro"
sin duda la gran popularidad del gran teatro de ciudad central ha llamado la atención de muchas personas a lo largo del pais y del mundo, ya que muchas personas del extranjero han llamado pidiendo reservaciones para la primer obra presentada en este mítico lugar"-   finalmente Clint se puso su abrigo apagando el televisor y salió camino al gran teatro.

Mientras Clint caminaba a su trabajo, casi al otro lado de la ciudad esa misma tarde un avión procedente de Inglaterra aterrizaba en el aeropuerto, ahí en la sala de espera estaba Eleonor zlowik, la mujer madura volteaba a todas partes mientras la gente del avión bajaba, entonces luego de un rato ahí salió ella, una mujer anciana como de unos 60 años, tenía un largo vestido azul marino y un grueso collar de perlas, tenía puesto un chal purpura, unas uñas rojas y algo largas, su cabellera era blanca como el algodón y colgaba en rizos, sus labios estaban pintados en un discreto carmesí y... finalmente sus ojos... esos ojos azules cristalinos como el mar, llenos de experiencia, la mujer bajó del avión caminando despacio apoyada con su bastón
-maestra- dijo Eleonor recibiendo a la mujer en un cálido abrazo, aquella mujer anciana la abrazo con ternura
-oh Eleonor... mira cuanto has crecido, han pasado varios años de no verte
-señora, déjeme ayudarla con el equipaje- Eleonor tomó la única maleta de su anciana maestra
-te ves muy bien Eleonor, dime... ¿Qué es lo que estas usando? ¿alguna crema especial?- Eleonor solo sonrió ante aquel comentario
-maestra creo yo que usted no necesita nada de lo que yo use- la anciana rio por lo bajo
-bueno Eleonor querida... cuéntame mas sobre esa estudiante tuya-
-es esplendida, es ella no cabe la menor duda... usted sabrá de lo que digo en cuando la conozca-
-estoy muy impaciente, mejor demos  prisa-. 
La noche había caído y la luna estaba en su punto mas alto, en el gran teatro Clint dio una ronda por el lugar terminado, esta vez estaba totalmente iluminado, los pasillos estaban limpios y... el sótano estaba mas pequeño de lo que era antes, eso sin duda era obra del señor Dant, ahora en el lugar estaban almacenados tubos, botes llenos de pintura y herramientas
-Clint...- dijo una voz ahogada justo a espaldas de Clint cuando este se iba a marchar
-Clint... ¿puedes oírme? ¿estas ahí?- la sangre de Clint se congeló y su espina dorsal estaba entumida del susto esa voz... esa voz le pertenecía a... 
-Robert...- dijo él en una voz apenas audible, su mano le temblaba y las luces en el sótano parpadeaban
-hermano! ¿Dónde estas?- gritaba Clint con los ojos a punto de llorar
-Aquí hermano, no me queda mucho tiempo... tienes que oírme- dijo Robert al otro lado del muro, los gruesos ladrillos con cemento tapaban la voz de Robert que apenas se escuchaba
-Robert, hermano!- gritaba Clint golpeando la pared- donde estas hermano voy a sacarte. te sacaré de ahí!-
-no Clint por favor escúchame tu a mi, no hay tiempo... tienes que... vete de aquí! lárgate! Clint huye del teatro! aléjate!-
-Robert... pero,,,.-
-tienes que irte! te quiere a ti, irá por ti! y por...- pero la voz de Robert se distorsionaba aun mas, en su desesperación Clint solo podía golpear el muro mientras sus ojos se llenaban de lagrimas
-Robert! hermano! de que... de que estas? no te vayas! Robert!!- gritaba Clint cuando la voz de su hermano se dejó de escuchar y las luces del sótano se apagaron, Clint miró a todas partes,  y la única luz que entraba era la que daba de las escaleras a la salida, ahí estaba... aquel hombre de negro con una mascara, de pie en la salida del sótano
-tu...- dijo Clint aun con la voz quebrada, pero esta vez estaba furioso, el hombre de la mascara se dio media vuelta y se marchó a pasos presurosos
-quien eres!- dijo Clint corriendo subiendo por las escaleras, estaba cansado de la situación... cansado de todo
-que eres!- gritaba Clint saliendo al pasillo solo para ver al hombre meterse en otra puerta
-dime quien eres!!- gritaba él pero... aquél hombre había desaparecido... en el palco numero 5.