El fantasma de la opera (versión mejorada)

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"Clint, la muerte esta cerca de mi, ni yo se como es que lo se... pero lo siento en cada fibra de mi ser, está en el aire que respiro, está a donde sea que volteo, esta en todas partes... al inicio pensé que era solo cosa mía, pero desde aquél incidente con los dos malvivientes muertos me enteré de algo... cuando el señor Dant vino a conversar conmigo, comprendí varias cosas, hay algo mas en ese lugar Clint... algo sin  duda maligno y peligroso yo lo vi con mis propios ojos, el señor Dant se ha vuelto loco, lo supe porque aquella vez que me llamó al oírlo hablar preocupado y angustiado creí que actuaba así por el peligro al que se había expuesto su hija, pero... luego supe que aquello que lo perturbó era que... su hija había visto a un hombre de negro masacrar de tal forma a aquellos tipos, el señor Dant en ningún momento reparó en el peligro de su hija.
Hay algo mas, algo que realmente es lo que me preocupa, el señor Dant me interrogó sobre ti, se que te ha estado vigilando, se que su atención está puesta en ti Clint, si recuerdas lo que te dije al principio... se que mi muerte esta cerca, lo presiento... soy un obstáculo para él, no se que es lo que tiene en mente pero si no ah hecho nada Clint estoy seguro que es porque sabe que no lo permitiré, yo se cosas Clint... cosas que pudieran ser un peligro para él y... son las mismas cosas que te protegerán... así que presta mucha atención a esta carta y una vez que memorices bien estos datos... Quémala... borra de esta evidencia y... has de cuenta que no sabes nada de esto, por ultimo Clint... aléjate lo mas que puedas de ese lugar, si es posible huye de Ciudad Central, siempre voy a cuidarte hermano... -Robert-"

Clint leyó los últimos párrafos de una extensa carta escrita por su hermano, lo ultimo lo dejó perplejo y aterrado, tanto que quiso huir de Ciudad Central como lo había sugerido Robert, durante horas Clint lo estuvo pensando muy bien, entonces algo se le vino a la mente, la joven Merceline que ahora debería estar en su casa con ese hombre tan extraño que llama padre, recordó aquél beso en el pasillo  ¿por qué lo hizo? se preguntaba, observando al techo recostándose en su cama. Mientras Merceline Dant estaba en casa pensando en lo mismo, esa noche no pudo ir a visitar a Clint ya que la situación en su casa estaba tensa con su padre a duras penas pudo ir al entierro del amigo de Clint, por la mente de ambos pasó aquél beso... un dulce beso que ella recordaba con afecto, aun mas que cualquier situación tierna que hubiera experimentado con Maurice, pensar que todo aquello que alguna vez consideró medianamente romántico o lindo por parte de él no era mas que una mentira le hería un poco el corazón, Merceline se levantó de la cama con los pies descalzos para salir al pequeño balcón de su cuarto y observar el paisaje de luces, de entre las mas cercanas a su casa sobresalían unos pequeños destellos, unos edificios que eran los departamentos de mala muerte donde vivía Clint, ese chico tan extraño que la besó, Merceline sintió un enorme deseo por verlo, se decidió a que el día de mañana lo visitaría si, quizás le lleve algo, unas galletas tal vez... o algo hecho por ella misma
"hasta una mujer como yo tiene sentimientos Mercy" dijo una voz espectral en su cabeza que le hizo temblar, Merceline se quitó las gafas dejándolas en la mesita de noche
-cállate mamá...- dijo un poco amarga mientras cerraba el ventanal que daba al balcón y se acostó en su cama,  pensamientos desagradables inundaban su mente y... ella trató de suprimirlos de inmediato pensando en otra cosa, lo que sea, lo primero que se le venga a la mente
-por favor... permíteme esta pieza su majestad- 
-ah...- exclamó Merceline levantándose como si de un sueño se tratara, por un momento escuchó la voz de Clint tan claro como si estuviera ahí, se puso sus gafas inmediatamente pensando que se lo encontraría ahí pero... nada... solo su cuarto vacío, Merceline suspiró y volvió a acostarse, eso es algo que Clint jamás diría... o al menos no lo ah dicho todavía.