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Mientras Clint hacía su ronda a la noche siguiente pensaba en la conversacion que tuvo con Merceline la noche anterior...
-¿crees en los fantasmas?- preguntó él, Merceline se mantuvo en silencio un momento, lo pensaba 
-¿qué es lo que sabes de él?- preguntó ella pero Clint observó al suelo...
-se lo que todos sabemos, cuando este lugar funcionaba se pensaba que habitaba un fantasma que merodeaba por el lugar, llegó a matar a unas 6 personas, pero luego años después se supo que se trataba simplemente de un hombre que se hacía pasar por fantasma y se ocultaba en el sótano del lugar, fue encontrado muerto hace como 100 años-
-sabes como se llamaba?- preguntó la chica pero Clint negó con la cabeza
-creo que nadie lo sabe-
-bueno, se dice que cuando un alma no puede descansar es por que dejó algo pendiente en vida, por eso se manifiesta-
-bueno si yo fuera un asesino en serie no descansaría nunca por lo que hubiera hecho-
-así no funcionan las cosas Clint, en este lugar pasa algo muy extraño, por alguna razón siento... que tiene que ver con nosotros, sea como sea si es que existe algo, el fantasma trata de decirnos algo-.

Esas palabras rondaban por la cabeza de Clint... cuando un sonido llamó su atención, el ruido lo hizo girarse de inmediato a sus espaldas, era una puerta abriéndose, el rechinido de la madera de aquella puerta al abrirse hacía eco en todo el lugar, solo se abrió un poco, al acercarse Clint notó que esa puerta daba al corredor que lleva al sótano, ese era un lugar peligroso según recuerda, varios trabajadores se habían accidentado ahí... pero que la puerta se abriera sola ya a estas alturas no era una coincidencia, el chico se acercó lentamente a la puerta encendiendo su linterna, empujó esperando toparse con aquella sombría figura del otro lado, pero cuando la luz de la linterna iluminó solo dio con unas escaleras que daban a una profunda y húmeda oscuridad. Clint bajó los escalones y sus pisadas hacían un pesado clac al bajar, el eco se escuchaba por todo el sitio y el ambiente era desolador, tan frío y húmedo, tan solitario, Clint escuchó una gota caer en un charco
-encuentrala Clint- dijo una voz en su cabeza, el chico se adentraba en ese oscuro y aterrador espacio sin saber que encontrar, había pequeñas bases de madera quizás para algún fondo del escenario, había vestuarios olvidados, la cabeza de un rey hecha de algún tipo de madera que se estaba pudriendo por la humedad, tubos metálicos, sogas, cadenas, costales de arena o grava, botes de pintura, etc. pero Clint se adentraba aun mas, mas allá de todas esas cosas, estaba un hueco en el suelo en una esquina, por todos los cielos todavía se podía bajar mas, Clint apuntó con su linterna y el haz de luz no parecía lograr iluminar algo, el olor que emanaba de ese lugar era como de musgo, agua estancada y lodo, olores a abandono claro esta, Clint se vio tentado a bajar pero esa voz no lo dejaba 
-no Clint ahí no esta, no debes bajar ahí... aún- eso decía la voz, el chico se dio vuelta y por algún motivo cubrió la entrada como si... fuera algo que nadie mas debía descubrir, el chico empujó una vieja caja de madera vacía hasta el sitio cubriendo esa entrada, volteó por todas partes cuando la luz de la linterna tocó algo interesante, ahí había un cuaderno pequeño, estaba tirado en el suelo abierto boca abajo, Clint se acercó a él y notó que había manchas de sangre en él
-Leonard Walter- leyó clint en una etiqueta pegada tras la tapa de aquél cuaderno, ese era el nombre de uno de los guardias que se había alejado del lugar, dentro habían algunas notas escritas, Clint rápidamente guardó aquél cuaderno en su bolsillo trasero y después justo cuando se iba a marchar de aquél lugar algo mas cayó tras el haciéndolo dar un salto de susto, nuevamente apuntó su linterna a esa dirección, solo era un montón de utilería para el teatro lo que se había caído, pero Clint vio entre esas cosas algo que resaltaba, una mancha blanca entre sombreros, adornos y demás basura, el chico se acercó lentamente y de entre aquellos objetos sacó lo que resplandecía
-no puede ser...- dijo cuando en sus manos sostuvo una mascara blanca, la misma que la del fantasma. 

El fantasma de la opera (versión mejorada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora