Briar solo estaba tratando de sobrevivir a su educación en Hogwarts con los constantes problemas que sus compañeros de estudios parecían comenzar, pero el Ministerio de Magia estaba decidido a ayudar a cada estudiante a encontrar su alma gemela a tr...
Briar Davies sabía que tenía un alma gemela desde su primer año cuando Dumbledore explicó cómo funcionaba el fenómeno para brujas y magos. Todos tenían un alma gemela, les había dicho.
Desde ese día supo que ella y sus compañeros recibirían su primera carta de alma gemela el primer día de tercer año, dándoles una pista sobre la identidad de su alma gemela. El Ministerio había encontrado un hechizo para determinar quiénes eran sus almas gemelas, dándoles pistas a medida que envejecían y maduraban, con la esperanza de que muchos de ellos lo descubrieran por sí mismos en el camino.
Mientras sus compañeros esperaban con entusiasmo el primer día del tercer año, ella temía el momento en que comenzaría el proceso. Salía de la habitación cada vez que escuchaba a alguien discutirlo o cambiaba de tema si alguien se lo planteaba.
Afortunadamente, sus compañeros de Slytherin parecían ser los que menos lo mencionaron. Muchos de ellos evitaban el tema tanto como ella, y se sintió como un soplo de aire fresco cuando Briar podía meterse en su cama por la noche sin que las chicas murmuraran sobre quién esperaban que fuera su alma gemela.
Desafortunadamente, todo esto había cambiado entre su segundo y tercer año a medida que se acercaba el día en que recibirían su primera carta. En el viaje en tren a Hogwarts, Briar había encontrado un compartimiento vacío en la parte trasera del tren donde normalmente se reunían los otros Slytherin, pero pronto se le unieron sus compañeras de cuarto.
Pansy Parkinson se deslizó en el compartimiento y charló con Daphne Greengrass sobre lo guapo que se había puesto Draco Malfoy durante el verano, abanicándose con la mano mientras hablaba. Millicent Bulstrode entró a continuación, arrastrándose detrás de las otras dos chicas como un cachorro perdido.
Briar le dio a Millicent una pequeña sonrisa, por lo que Millicent se dejó caer en el asiento a su lado. Millicent no saludó a Briar mientras se inclinaba hacia adelante para escuchar más de lo que Pansy estaba diciendo con ojos brillantes y curiosos.
–Ustedes chicas deberían haberlo visto. Su cabello... y esos ojos... Oh, merlín, espero que sea mi alma gemela– Pansy dijo efusivamente.
Mientras Pansy seguía fantaseando con salir con Malfoy, Briar se puso rígida. Había olvidado lo que le prepararía el mañana, pero ahora se le erizó la piel al darse cuenta. Mañana era la primera vez que aprenderían alguna pista sobre su alma gemela, y Briar solo quería pasar ese momento.
Se puso de pie y les dijo a las otras chicas que necesitaba usar el baño, pero todas apenas la miraron mientras Pansy divagaba sobre lo que escuchó que la primera pista les diría.
Briar se apresuró por los pasillos para encontrar un baño, pero se cruzó con un par de chicas de segundo año de Hufflepuff que erizaron su piel al estar cerca de un Slytherin. Briar hizo una mueca y se miró los pies mientras se apresuraba por el pasillo con un hielo que comenzaba a asentarse en sus rasgos nuevamente. Se sintió aún más fría cuando pasó junto a un grupo de Gryffindors de cuarto año que se burlaron entre dientes, "Supremacista de sangre pura".
Briar los miró con incredulidad y rabia destellando a través de sus ojos, pero el grupo simplemente levantó las cejas y corrió al compartimiento más cercano para evitar cualquier réplica que ella pudiera haber lanzado. Actuaron como si ella ciertamente los maldeciría si no escapaban de inmediato.
¿Cómo la gente podía decirle cosas tan terribles y luego actuar como si Slytherin fuera la casa cruel?
Ella siguió sus movimientos con los ojos oscuros entrecerrados, la expresión acentuando las bolsas oscuras que eran visibles debajo de sus largas pestañas. Parpadeó con sus ahora fríos ojos mientras continuaba por el pasillo en busca de un baño abierto.
Finalmente encontró un baño vacío en el tren y se echó un poco de agua fría en la cara una vez dentro. Se secó el exceso de agua con una toalla y miró fríamente su reflejo en el espejo. Ella hurgó en los círculos oscuros debajo de sus ojos y se rió secamente. Se preguntó qué pensaría su alma gemela de eso.
Un grupo de chicas de Hufflepuff que eran mayores que ella entraron al baño y le dieron una amplia sonrisa. Ella asintió con la cabeza y les dio una sonrisa con los labios apretados a cambio mientras salía del baño. Mientras salía de la habitación, escuchó a una de las chicas de Hufflepuff suspirar soñadoramente: "Ya casi estamos en casa".
Hogwarts se sintió como un hogar para muchos, pero para Briar no fue así. A decir verdad, en ningún lugar se sentía realmente como en casa para ella, y no pensó que eso cambiaría nunca.
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