Briar sintió como si continuara colapsando por dentro, pero siguió practicando sus tácticas de oclumancia todos los días. Apenas dormía, a menudo se quedaba dormida durante unas horas aquí y allá. Estaba demasiado nerviosa para dormir porque su padre le había enviado otra carta, pidiéndole que volviera a casa para las vacaciones de Pascua de este año. Ella estaba en quinto año, pero aún no había vuelto a casa para pasar las vacaciones de Pascua, y no le gustaba ni un poco la idea de la petición de su padre, y sus incontenibles nervios le impedían descansar. Sin embargo, su falta de sueño le estaba estaba haciendo efecto y su rendimiento era muy bajo en comparación a todos sus cursos, a pesar de sus mejores esfuerzos.
Una noche antes de Pascua y después del incidente con las chicas mayores de Slytherin, Briar estaba parada en el puente, apoyada contra la barandilla y tratando de recuperar el aliento. El aire áspero de alguna manera se sentía más respirable, y ella había comenzado a salir aquí todas las noches, sin saber cómo no la había atrapado un profesor todavía.
Sopló aire por los dientes y miró al suelo. Se sentía exhausta por dentro y por fuera, y se preguntó cuándo terminaría todo esto. ¿Terminaría alguna vez? ¿Alguna vez lograría escapar?
Briar dejó que un suave jadeo pasara por sus labios y dejó caer la cabeza sobre sus manos frente a ella.
–¿Briar?
Ella saltó y se dio la vuelta con su varita hacia el sonido de su nombre siendo susurrado. De pie entre las sombras y solo iluminado por la tenue luz de las estrellas estaba Neville.
Llevaba un pijama de cuadros escoceses con una colcha envuelta alrededor de los hombros y sus ojos parpadeaban pesadamente como si acabara de despertar. Se frotó el ojo con el dorso de la mano antes de parpadear y repetir –¿Briar? ¿Qué estás haciendo aquí? Es medianoche.
–Podría preguntarte lo mismo– respondió Briar algo rígida, moviendo los ojos para mirar las estrellas de nuevo. Se agarró a la barandilla con fuerza, sus nudillos se volvieron blancos al pensar que su única sensación de alivio estaba a punto de desaparecer. Necesitaba esto, no importaba cuánto la estaba destruyendo no dormir.
Dormir también la destruyó.
Neville avanzó unos pasos arrastrando los pies y se estremeció de frío. Admitió –En realidad, vine a ver cómo estabas.
Briar arrugó la cara y se volvió para mirarlo. Ella preguntó –¿Qué? ¿Cómo supiste que estaba aquí?
Abrió los ojos como platos y también miró las estrellas. Confesó –Prometí que no lo diría.
–¿Entonces alguien más sabe que yo también estoy aquí ahora mismo?– Ella dedujo con los labios apretados. Tanto por pensar que se había salido con la suya sin ser vista.
Neville solo asintió, pero detuvo todo movimiento para prepararse contra el frío mientras una fuerte brisa atravesaba el puente. Briar ni siquiera notó el frío hasta que vio las reacciones de Neville.
Ella se volvió hacia él con las cejas juntas por la preocupación y siseó –Neville, realmente necesitas volver a la cama. Parece que te estás congelando.
Simplemente negó con la cabeza a pesar de seguir temblando.
Briar dejó escapar un suspiro exasperado y argumentó –Pero estás temblando como una hoja por el amor de Merlín. ¡Necesitas llegar a un lugar cálido!
–No hasta que te sientas lo suficientemente bien como para irte a la cama también– declaró Neville con la barbilla levantada y los brazos cruzados desafiante.
Tragó saliva y se volvió hacia la barandilla. Un pesado silencio cayó sobre ellos por el momento, y ella miró hacia el suelo en su intento de ordenar sus pensamientos. Ella finalmente susurró –Pero es posible que eso no suceda nunca, y no puedo soportar verte temblar toda la noche.
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𝐓𝐇𝐎𝐑𝐍 |𝐍𝐞𝐯𝐢𝐥𝐥𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐠𝐛𝐨𝐭𝐭𝐨𝐦| ✓
Fiksi PenggemarBriar solo estaba tratando de sobrevivir a su educación en Hogwarts con los constantes problemas que sus compañeros de estudios parecían comenzar, pero el Ministerio de Magia estaba decidido a ayudar a cada estudiante a encontrar su alma gemela a tr...