14. Se sintió tan bien

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Briar tragó saliva mientras empujaba las puertas de la biblioteca. Sintió que se le sudaban un poco las palmas de las manos sin ninguna razón, así que las frotó contra los lados de su túnica mientras examinaba las mesas ocupadas. Sus ojos se fijaron en una mata de pelo castaño desgreñado en una mesa al otro lado de la biblioteca, y siguió adelante con una pequeña sonrisa.

Se sintió confundida por el revoloteo en su estómago que comenzó cuando se acercó a él. ¿Por qué estaba nerviosa? Había tenido tutores decenas de veces antes, y dudaba que un chico tan dulce la juzgara por no ser excelente en Herbología. Ciertamente él no se burlaría de ella por eso como lo haría Malfoy.

Cuando Briar se acercó a la mesa en la que estaba Neville, la miró con los ojos muy abiertos. Abrió y cerró la boca antes de finalmente murmurar –Uh, hola, Briar. ¿Me encontraste bien?

Una amplia sonrisa amenazó con aparecer en su rostro, pero la contuvo en una pequeña.

–Hola. Gracias por aceptar darme clases particulares. Realmente necesito la ayuda– ella dijo.

Briar dejó su bolso sobre la mesa y se sentó en la silla junto a Neville. Él simplemente le sonrió tímidamente y suspiró –No importa. ¿Con qué necesitas ayuda?

–Con todo. Nada de esto tiene sentido para mí, y soy terrible tanto en los exámenes escritos como en el invernadero. No estoy segura de qué estoy haciendo mal– se quejó Briar mientras miraba el rostro de Neville para ver su reacción. Se preguntó si él la miraría con desprecio por hacerlo tan mal en la materia en la que él se destacaba.

En cambio, él solo tenía una leve sonrisa mientras la escuchaba. Después de que ella terminó este lamento, él dijo –La profesora Sprout dijo que podríamos usar el invernadero cuando lo necesitemos para dar clases particulares. Podríamos ir allí ahora, y ver si noto algo de inmediato en cómo interactúas con las plantas... uh, solo si quieres, por supuesto.

–Eso suena genial, Neville. Gracias– Briar sonrió y asintió.

Sus mejillas se tiñeron de rosa ante las palabras de Briar, pero se inclinó para agarrar su bolso antes de que Briar pudiera verlas bien. No estaba segura de qué hizo sonrojar al chico tímido, pero de repente comenzó a preocuparse de que tal vez lo estaba incomodando. Su corazón se hundió al pensar que él podía sentir miedo de ella simplemente porque era una Slytherin.

Los dos se dirigieron hacia los invernaderos sin decir una palabra más, pero Briar había comenzado a sentirse cada vez más desanimada por la forma en que él no la miraba a los ojos.

Briar parpadeó rápidamente para contener cualquier emoción que amenazara con manifestarse.

Rellenar, embotellar, reprimir.

Eso era lo que sabía hacer cuando sintió que sus emociones estallaban y trataba de sacar lo mejor de ella. Reconociendo su necesidad de hacer esto ahora, frunció el ceño y se preguntó por qué estaba teniendo una reacción tan emocional ante la percepción inexacta que tenía su compañero de clase de ella. No importaba lo que Neville pensara de ella. No necesitaba la aprobación de nadie más porque sabía quién era realmente.

La caminata silenciosa le había dado a Briar el espacio para pensar, pero todavía era incapaz de entender por qué esto la había molestado tanto. Neville comenzó a decirle algo desde que llegaron al invernadero, pero ella estaba muy lejos y atrapada en sus propios pensamientos. Si un chico tan dulce como Neville Longbottom le tenía miedo, tal vez realmente estaba haciendo algo mal.

Neville la miraba con la boca abriéndose y cerrándose rápidamente ya que no estaba seguro de qué decir. Podía decir que Briar estaba angustiada por algo, pero no sabía qué. Cuando ella lo miró con sus facciones frías y neutrales, él murmuró –Um, ¿Estás bien?

𝐓𝐇𝐎𝐑𝐍 |𝐍𝐞𝐯𝐢𝐥𝐥𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐠𝐛𝐨𝐭𝐭𝐨𝐦| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora