Briar solo estaba tratando de sobrevivir a su educación en Hogwarts con los constantes problemas que sus compañeros de estudios parecían comenzar, pero el Ministerio de Magia estaba decidido a ayudar a cada estudiante a encontrar su alma gemela a tr...
Briar no estaba en los mejores términos con muchos de los Slytherin en su año después de su pelea con Malfoy, pero no le importaba y se rehusaba a dar explicaciones a cualquiera que le preguntara sobre lo sucedido. Se quedó acurrucada en la cama y estuvo dibujando o estudiando. La única vez que se aventuró a salir fue para asistir a clases, detenciones, comidas o algunas sesiones de tutoría.
Las sesiones de tutoría continuaron torpemente al principio. Briar y Neville no mencionaron lo que había sucedido después de que ella saliera del invernadero, aunque estaba segura de que él se había enterado.
Todo el mundo parecía haberse enterado. Nadie sabía por qué lo había hecho, pero todos la miraron con curiosidad durante los siguientes días. Ella solo mantuvo un ceño permanente en su rostro, lo que hizo que todos la dejaran en paz.
Los Slytherins a menudo la miraban con odio o con curiosidad, dependiendo de la fuerza de su lealtad a Malfoy.
Briar atrapó a algunos Ravenclaws mirándola con ojos analíticos, tratando de entender lo que había sucedido al mirarla, pero bajaban la vista en el momento en que ella los miraba. A Briar no le gustaba ese tipo de miradas. No quería que nadie intentara descifrarla, por lo que eso le resultaba particularmente inquietante.
Sin embargo, los Hufflepuffs miraron a Briar con una mezcla de asombro y miedo, pareciendo aún más tímidos a su alrededor. Briar se sentía complacida cada vez que veía a un Hufflepuff mirándola de esta manera.
Por último, los Gryffindors estaban completamente asombrados por ella. Muchos de los Gryffindors de su año habían sido aterrorizados por Malfoy durante su tiempo en Hogwarts, y podía decir que todos sentían una especie de orgullo al ver a alguien dentro de su propia casa buscar venganza contra el niño cruel.
Sin embargo, a Briar no le importaba lo que pensaran los demás. Simplemente sabía que se sentía bien haciéndolo, incluso si su rabia cegadora durante ese período le resultaba un poco atroz ahora. Había pasado mucho tiempo desde que se sintió tan furiosa, y estaba contenta de no haber hecho algo peor que pudiera haber llevado a una expulsión. La detención y la pérdida de los puntos de las casas fueron suficientes problemas.
Una cosa se estaba volviendo dolorosamente clara: realmente necesitaba descubrir su rabia. No podía seguir perdiendo el control así. Pronto se iría a casa durante el verano, y esta ira la pondría en peligro, por lo que era vital que se diera cuenta rápidamente.
Sin embargo, cada momento de la tutoría con Neville pareció ayudarla. Algo en el comportamiento dulce del chico y la torpeza constante cuando se acercaba demasiado hizo que su corazón palpitara de felicidad.
En momentos aleatorios, incluso se había sentido algo agradecida por sus malas calificaciones en Herbología porque eso significaba que podía pasar más tiempo con Neville.
Él era pura bondad, y ella no estaba acostumbrada a eso. Se sintió aliviada y segura de estudiar con él. Él nunca la juzgaba cuando se confundía, y su paciencia nunca parecía agotarse cuando ella se frustraba.
Cada día, las plantas empáticas parecían inclinarse un poco menos a su alrededor, y esto siempre hacía que Neville le sonriera felizmente. Él la había ayudado a entender cómo cuidar las plantas que no eran empáticas, y sus calificaciones en el curso subieron rápidamente durante el resto del semestre.
Las cosas estaban empezando a mejorar, pero debido a su pelea con Malfoy, no se le permitió asistir a la última Tarea de los Tres Magos como todos los demás. Esto era parte de su castigo por romperle la nariz a Malfoy. Aunque a ella no le importaba. Ella no habría querido ir de todos modos. Incluso si sus compañeras de cuarto seguían siendo cordiales con ella, todavía trataba de mantenerse para sí misma. Sabía que se sentían incómodas con ella, así que les dio el espacio para pensar lo que querían de ella.
Sin embargo, ella no estaba de humor para preocuparse por esas opiniones.
El día de la última Tarea de los Tres Magos, Briar estaba simplemente dibujando un dibujo de Neville con una de las plantas en las que habían estado trabajando todo el semestre con la esperanza de dárselo en su sesión de tutoría al día siguiente. Fue entonces cuando sus tres compañeras de cuarto entraron asustadas con la boca abierta y mirándose las unas a las otras.
Briar inmediatamente se sentó y preguntó –¿Qué pasó? ¿Están todas bien?
Ninguna respondió. Ni siquiera parecían haber escuchado lo que dijo. Millicent simplemente se sentó en su cama y miró al techo sin comprender.
Briar se puso de pie y exigió –Chicas díganme algo. ¿Qué pasa?
Daphne finalmente miró a Briar como si la viera por primera vez desde que regresaron.
–Diggory está muerto, y Potter dice que Tú Sabes Quién fue el responsable– ella susurró.
Briar sintió que todo el aire abandonaba su cuerpo. Si Voldemort estaba de regreso, entonces su padre ciertamente estaba involucrado nuevamente, y sintió que se le subía la comida a la garganta ante la idea de que su padre fuera fundamental en la muerte de uno de sus compañeros de clase.
De repente, el verano se sintió demasiado cerca.
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