Briar solo estaba tratando de sobrevivir a su educación en Hogwarts con los constantes problemas que sus compañeros de estudios parecían comenzar, pero el Ministerio de Magia estaba decidido a ayudar a cada estudiante a encontrar su alma gemela a tr...
El primer día después de las vacaciones de Navidad, todos los Slytherin del año de Briar se reunieron en los pasillos y charlaron entre ellos. Briar no estaba hablando realmente con el resto de ellos, pero asentía y les daba sonrisas que no llegaban a sus ojos cuando ocasionalmente le decían algo.
Briar estaba apoyada con la espalda contra la pared, con los brazos cruzados, mientras Blaise categorizaba a todos con rudeza. Se rió entre dientes –Goyle es el imbécil que apenas puede leer.
Goyle frunció el ceño ligeramente antes de encogerse de hombros, admitiendo que era cierto.
–Y Crabbe es como un cachorro. Haría cualquier cosa que Malfoy le dijera– se burló Blaise con una sonrisa cruel.
Crabbe frunció el ceño y protestó –¡Oye! Yo no haría nada...
–Cállate, Crabbe– espetó Malfoy cuando se acercó al grupo.
Crabbe inmediatamente dejó de hablar y frunció el ceño cuando Blaise le dio una mirada mordaz.
Blaise finalmente se volvió hacia Briar con una expresión sarcástica y se burló –Y está Davies, quien piensa que estar deprimido es un rasgo de personalidad.
Briar sintió una rabia encendida dentro de ella cuando se volvió hacia Blaise, a punto de arrojar fuego como uno de los dragones del Torneo de los Tres Magos. Respiraba pesadamente por la nariz cuando comenzó a reaccionar ante su horrendo comentario. Dio un paso hacia Blaise, pero nunca tuvo la oportunidad de darle una parte de su mente porque Pansy le dio una bofetada en la cara. Ella gruñó –Discúlpate en este instante, idiota con cara de cerdo.
Blaise parpadeó en estado de shock y sostuvo su ahora brillante mejilla roja mientras miraba a Pansy.
Briar sonrió con suficiencia, sintiéndose orgullosa de la buena forma de sus compañeras de cuarto y sintiéndose cálida por ser defendida tan intensamente por Pansy. Se sintió bien al ver que su compañera de cuarto realmente estaba de su lado.
–No me disculparé porque sabes que es verdad– replicó Blaise con orgullo, pero Pansy se levantó frente a él y reiteró su comentario anterior con más fuerza.
–Discúlpate. Ahora– gruñó mientras miraba con dagas a sus ojos.
Briar sonrió lentamente y sacó la varita del bolsillo. Ella reflexionó –O podría simplemente hechizarlo.
Blaise miró bruscamente a la varita que giraba con gracia en su mano, y todos notaron el miedo que brilló en sus ojos. Todavía tenía que ponerse del lado malo de Briar lo suficiente como para que ella se hubiera peleado con él, pero había visto suficientes narices ensangrentadas y moretones en Malfoy, Crabbe y Goyle a lo largo de los años para saber que no quería comenzar una pelea con ella ahora. Pronunció rápidamente –Lo siento.
Pansy gruñó –Dilo en serio, Zabini.
Blaise dejó escapar un profundo suspiro –Bien. Lo siento, Davies.
Pansy dio un paso atrás y Briar sonrió satisfactoriamente antes de guardar su varita en el bolsillo una vez más.
Una charla inofensiva revoloteó alrededor de su grupo una vez más, y Briar se apoyó contra la pared casualmente de nuevo. Sus ojos iban a la deriva sobre el mar de rostros que pasaban cuando vio un mechón familiar de cabello castaño. Una sonrisa comenzó a aparecer lentamente en sus labios cuando él se apresuró a acercarse a ella.
Se enderezó y dejó de apoyarse en la pared, enderezandose inconscientemente su túnica mientras Neville se acercaba. Se acercó y divagó –¡Briar! Tienes que ver el mimbulus mimbletonia que me dio mi tío. ¡Ha crecido mucho durante las vacaciones! ¡Es fantástico!
–¡Eso es increíble, Nev! ¿Está todavía en el invernadero?– Briar preguntó con una brillante sonrisa en su rostro. Su alegría era contagiosa, su felicidad se extendía hacia ella y la obligaba a sonreír aún más.
Ella notó por el rabillo del ojo que Daphne y Pansy se miraban entre sí con expresiones curiosas y simultáneamente articulaban, "¿Nev?" Briar no se molestó en reaccionar. Sabía que si respondía con molestia, Neville asumiría que era por él, y ciertamente no quería que eso sucediera.
Neville asintió con entusiasmo, sus ojos permanecieron fijos en los de ella, aparentemente sin darse cuenta del grupo de Slytherins que se habían quedado en silencio para ver su conversación.
Briar ofreció –Bueno, puedes mostrarme en nuestra sesión de tutoría de hoy, si quieres.
Él asintió con la cabeza y aplaudió –¡Sí! ¡Te veré entonces! ¡Adiós!– Luego se dio la vuelta y salió disparado, sus ojos solo miraron brevemente a los Slytherins que lo habían estado estudiando durante los últimos minutos.
Una vez que se fue, Pansy se acercó y le susurró al oído a Briar –¿Y estás segura de que no te gusta?
–Cállate, Parkinson– replicó Briar rodando los ojos y la sonrisa goteando de su rostro. Su habitual mirada de indiferencia se apoderó de sus rasgos de nuevo.
Malfoy cantó burlonamente –Creo que Davies se está enamorando.
Briar lo fulminó con la mirada y gruñó –Malfoy, hoy están todos insoportables.
–Pero no Longbottom, ¿Eh?– Theo bromeó con un guiño enviado en su dirección.
Briar puso los ojos en blanco y se marchó furiosa, molesta por las tonterías de sus amigos en sus asuntos, y se preguntó si podría ser más obvia en su clara adoración por Neville Longbottom.
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