𝐓𝐇𝐎𝐑𝐍 |𝐍𝐞𝐯𝐢𝐥𝐥𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐠𝐛𝐨𝐭𝐭𝐨𝐦| ✓

22. Como si fuera posible

Briar iba con los demás a Hogsmeade. Ella y Potter habían arreglado una manera para que ella se reuniera con Lupin allí, para que pudiera tener una reunión privada con él para discutir las cosas. Se sentó en el carruaje con Potter, Granger y Weasley, y un incómodo silencio se había apoderado de su grupo durante todo el viaje. 

En un momento, Briar estaba mirando por la ventana y notó que los otros ocupantes del carruaje estaban haciendo algunas expresiones faciales exageradas entre sí. Comenzó a observarlos por el rabillo del ojo y vio cuando Ron arqueó las cejas y luego señaló con la cabeza hacia ella interrogativamente hacia Harry. Hermione se sentó rígidamente en su asiento, pero lentamente giró la cabeza para mirar a Harry con las cejas arqueadas.

Harry les lanzó a ambos una mirada de advertencia que Briar no quería que la molestaran. Supuso que su reputación la precedía, incluso con Granger y Weasley, con quienes apenas había hablado en su tiempo en Hogwarts. 

Ella los miró lentamente y suspiró –No tienen que estar callados o lo que sea. Solo finjan que no estoy aquí.

Ron arqueó las cejas y refunfuñó –Como si eso fuera posible.

–¿Porque soy una Slytherin? ¿O soy demasiado bonita para que me ignores, Weasley?– Briar se mordió mientras lo miraba fijamente. 

Ron parpadeó rápidamente y abrió y cerró la boca. Finalmente se puso rosado y murmuró en voz baja –Caray.

Hermione se tapó la boca lentamente para ocultar una risa, pero Briar notó que algo más brilló en los ojos de Hermione. Pensó que a Hermione no le encantaba su último comentario. 

Briar puso los ojos en blanco y admitió –No te preocupes, Weasley. No estaba coqueteando contigo. No estoy interesada.

Harry y Hermione se rieron abiertamente ante el tajante rechazo de Briar. Ron frunció el ceño en su asiento, pero una sonrisa de suficiencia apareció en los labios de Briar mientras miraba por la ventana de nuevo. Se dio cuenta de la forma en que los tres la miraban, pero no los miró, no quería escuchar las preguntas que parecían nerviosos de hacer.

Su carruaje llegó a Hogsmeade en poco tiempo, y Briar desapareció rápidamente, ya corriendo a la Casa de los Gritos para reunirse con el profesor Lupin. Se metió en el edificio abandonado e ignoró la punzante sensación en su pecho por estar en un lugar tan espeluznante. Por un momento horrible, se preguntó si este era un lugar en el que se habían reunido los mortífagos. 

Se deslizó escaleras arriba y encontró al profesor Lupin parado torpemente en medio de la habitación con su varita en la mano. Dejó escapar un suspiro cuando vio que era ella. Él sonrió –Lo lograste.

Briar asintió y murmuró –Gracias por reunirse conmigo. Solo tengo algunas preguntas.

–Por supuesto. ¿Cuáles?– Se preguntó y metió las manos en los bolsillos de sus pantalones.

Él la miró con una calidez en sus ojos que a Briar le recordó a Neville y su madre, así que ella exhaló y confesó –Me enteré de una noticia sorprendente durante el verano y quería ver si sabías si era verdad.

Las cejas de Lupin se elevaron en su frente, pero no dijo nada mientras esperaba que ella continuara.

–Yo, um, no sé si recuerdas a mi boggart, pero está relacionado con eso– comenzó Briar vacilante, sintiendo como si su garganta se cerrara en cualquier segundo. ¿Cómo podía la gente hacer esto tan fácilmente? Podían simplemente hablar de estas cosas como si no fueran nada. No fue fácil. Fue casi imposible. 

El gentil asentimiento de Lupin conmovió a Briar. Se lamió los labios y volvió a intentarlo –Bueno, um, resulta que me equivoqué porque pensé que mis padres eran...

–Almas gemelas– Lupin terminó con una suave sonrisa en dirección a Briar. Parpadeó un par de veces y respiró hondo. Miró sus zapatos que estaban en medio del denso polvo que cubría el suelo.

Briar volvió a mirar la expresión de espera paciente de Lupin y suspiró –Pero mi padre me dijo que no eran almas gemelas. ¿Sabes si eso es cierto?

Lupin parpadeó y asintió. Admitió –Sí, eso es cierto. Tus padres no eran almas gemelas, pero los padres de tu madre la forzaron a casarse con tu padre.

Briar respiró temblorosamente para contener la rabia que comenzaba a subir dentro de ella. Apretó las uñas contra las palmas de las manos y se preguntó –¿Entonces ella te lo dijo? ¿Sabías que se suponía que no debían estar juntos?

–Sí, lo sabía– asintió, y Briar reconoció una especie de malestar en su rostro. ¿Esta conversación la estaba poniendo incómoda? ¿No confiaba en ella?

–¿Los otros miembros de la orden lo sabían?– Se preguntó con una especie de cautela que se abría paso en su rostro.

Lupin asintió y comenzó a decir algo más, pero Briar lo interrumpió para decir –Me gustaría conocerlos.

Él parpadeó y apretó la boca con fuerza –¿Conocerlos?– repitió.

Briar asintió con firmeza y declaró –Sí. Quiero conocerlos esta Navidad. Mi padre no sospechará, nunca voy a casa durante las vacaciones, así que puedo ir sin que él se dé cuenta.

–No estoy tan seguro de que sea una gran idea...– comenzó Lupin, pero Briar enarcó una ceja negra y detuvo sus argumentos antes de que se hubieran formado por completo.

Ella siseó –Por supuesto que lo es. Dile a Potter que me acompañe allí en Navidad... Quiero conocer a las personas por las que murió mi madre. Deben ser extraordinarios para que ella entregue su vida y su paz por ellos.

Briar se alejó de la habitación y comenzó a apresurarse, pero las siguientes palabras de Lupin la hicieron detenerse por completo en su escape. Suspiró –Briar, ella murió por ti, no por ellos.

Volvió a mirar a Lupin con los ojos parpadeando rápidamente y una neblina acuosa comenzando a cubrir su visión. Ella asintió dócilmente antes de girarse y huir de la Casa de los Gritos incluso más rápido que antes. 

¿Cómo las acciones de su madre pudieron haber sido para salvarla? Su madre perdió todo debido a su lealtad a la orden, al igual que Briar.

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