𝐓𝐇𝐎𝐑𝐍 |𝐍𝐞𝐯𝐢𝐥𝐥𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐠𝐛𝐨𝐭𝐭𝐨𝐦| ✓

34. Pequeña

El corazón de Briar latía con fuerza. Su padre acababa de aparecer en el departamento de misterios detrás de Lucius, y se estremeció al pensar en él descubriendo que ella estaba allí. En ese caso, él no tendría piedad por su única hija, y ella sintió que se iba a poner enferma de solo pensarlo.

Se volvió caótico rápidamente, y Briar corría por la sala de profecías, bloqueando las maldiciones que su padre le enviaba. No se atrevía a enviarle ninguno porque apenas podía concentrarse en los hechizos defensivos que necesitaba usar para sobrevivir. Todo su cuerpo estaba temblando y no podía respirar porque se dio cuenta de que en un momento horrible, su vida se había convertido en lo que siempre temió. 

Iba a sufrir el mismo destino que su madre, excepto que no iba a sobrevivir hasta la graduación.

Briar apenas logró escapar con los demás, y estaba hiperventilando cuando se recuperó en una habitación desconocida. Neville inmediatamente cruzó los pocos escalones para llegar hasta ella y le preguntó –¿Estás bien?

Todos sabían que su padre solo estaba tratando de matarlos, y nadie parecía saber qué decir o hacer al respecto.

 Briar no podía respirar. 

Le dijo con voz áspera a Harry –Tenemos que irnos. Ahora.

Neville extendió la mano para tocar su cabello y siseó –Oh no. Tu cabello está empezando a cambiar de color. Se está volviendo más oscuro– El hechizo de transfiguración se estaba desvaneciendo.

Envolviendo sus brazos alrededor de sí misma, Briar suplicó –Tenemos que irnos. Esto no es seguro. Por favor, Harry, vamos. Podríamos morir.

Harry estaba ignorando sus súplicas mientras se acercaba al artilugio en el medio de la habitación. Momentos después, Harry gritó al grupo que se pusiera detrás de él, y Briar sintió como si se estuviera hundiendo. No podía sentir su cuerpo porque sabía que estaba empezando a parecerse más a sí misma, y ​​los Mortífagos los habían encontrado en esta extraña habitación. 

En el torbellino de actividad, Briar fue recogida por Bellatrix, y ella quería llorar de felicidad porque su padre no era el que la sostenía. No quería estar tan cerca de él cuando se dio cuenta de que su hija lo traicionó. Los ojos de Briar se desviaron para encontrar a su padre sosteniendo a Neville con fuerza con su varita apuntando a la cabeza del niño.

Briar casi gritó. Quería gritarle a su padre y decirle que se alejara de Neville, pero las palabras se le quedaron en la garganta. Si llamaba la atención sobre sí misma, su padre podría darse cuenta y ella no podría hacer nada para ayudar a Neville. 

Briar parpadeó para contener sus aterrorizadas lágrimas y sintió los temblores convulsivos atravesar su cuerpo. Trató de bloquear las horrendas imágenes de ese día que seguían pasando por su mente, pero el caos de su situación le recordó la sensación de impotencia que tuvo después de darse cuenta de que su madre se había ido, y no podía hacer nada al respecto.

Justo cuando Briar sintió que no sería capaz de mantener a raya su pánico por más tiempo, Sirius se apareció en la habitación y fue hacia Lucius. Él gruñó –Aléjate de mi ahijado– Sirius lanzó un hermoso puñetazo al rostro de Lucius, y Briar reconoció que su forma era idéntica a la de ella. Esto trajo una pequeña sonrisa a su rostro.

Sin previo aviso, los otros miembros de la Orden aterrizaron en la habitación y el caos estalló de inmediato. Lupin apartó a Bellatrix de Briar y se dio cuenta de que Tonks estaba ayudando a Neville a solo unos pasos de distancia. La escena fue difícil de procesar, pero Briar agarró su varita y luego corrió a esconderse detrás de algunas de las grandes rocas en el borde de la habitación. Se agachó allí y trató de recuperar el aliento, pero luego notó que su cabello casi había vuelto a su color normal, y se inmovilizó con el miedo de cómo se veía su rostro.