𝐓𝐇𝐎𝐑𝐍 |𝐍𝐞𝐯𝐢𝐥𝐥𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐠𝐛𝐨𝐭𝐭𝐨𝐦| ✓

3. Malfoy es encantador

Briar sabía que había hecho una escena en el Gran Comedor esa mañana, pero no se sintió avergonzada por ello. Ella encontró toda la situación ridícula. ¿Cómo podrían todos simplemente sentarse y sonreír mientras dejaban que el Ministerio los controlara con esa basura de las almas gemelas?

Ella siguió molesta a través de sus clases ese día hasta pociones, donde finalmente se permitió relajarse un poco. El profesor Snape caminaba por la habitación, mirando a los estudiantes mientras preparaban sus pociones, pero Briar no estaba preocupada por sus duras miradas porque sabía que lo estaba haciendo bien. Después de todo, ella siempre era la primera en terminar en pociones.

Briar terminó su poción rápidamente después de encontrar su cómodo ritmo de nuevo. Sintió como si sus músculos se hubieran puesto en piloto automático; su cuerpo parecía saber qué hacer.

El profesor Snape había estado rondando cerca mientras ella terminaba la poción, y una vez que terminó se acercó rapidamente. Lo examinó con una mueca de satisfacción en la ceja antes de anunciar a la clase.

–La señorita Davies ha completado con éxito la poción primero que todos. 5 puntos para Slytherin.

Un par de Gryffindors pusieron los ojos en blanco, pero Briar simplemente los ignoró y comenzó a empacar sus cosas. Ella acababa de leer su libro de pociones durante el resto del período de clase antes de dirigirse a su próxima clase: Encantamientos.

No le importaba esta clase, aunque ciertamente no podía soportar la clase de Herbología. Ella nunca pudo mantener vivas las plantas por sí misma, y ​​a menudo necesitaba la ayuda de la profesora Sprout o de uno de los Hufflepuff. Simplemente no sabía cómo cuidar las plantas. Incluso en casa, Briar y su padre nunca mantuvieron plantas porque los dos nunca pudieron mantenerlas vivas. Su padre siempre afirmó que era solo porque eran Slytherin.

Briar entró en el aula de Encantamientos y se sentó cerca de la ventana. Otros estudiantes comenzaron a entrar detrás de ella, y ella jadeo audiblemente cuando Malfoy se sentó a su lado. 

–Todavía estoy esperando esa disculpa, Davies– espetó mientras la miraba.

–Sigue soñando, Malfoy– respondió Briar venenosamente, igual que él.

Cruzó los brazos sobre el pecho y esperó a que comenzara la clase. El profesor Flitwick se acercó al frente de la sala y ella se concentró intensamente en lo que él estaba diciendo para que pudiera hacerlo bien en las tareas del día, pero Malfoy siguió empujándola y pateándola mientras le daban las instrucciones.

Briar le lanzó a Malfoy una mirada desagradable antes de mirar a Flitwick una vez más. Fue pacífico por unos momentos hasta que Malfoy comenzó de nuevo y Briar estaba lista para explotar.

Cuando terminó la clase, estaba furiosa. Salió volando del salón de clases a una velocidad que nunca antes había conocido ya que no quería volver a hablar con Malfoy por la expectativa de una pelea.

Se apresuró a regresar a los dormitorios de Slytherin y, afortunadamente, no se encontró con Malfoy en su camino. Se dejó caer en su cama cuando llegó y dejó escapar un fuerte suspiro.

Sus otras compañeras de cuarto llegaron poco después. Millicent parecía incómoda. Daphne parecía aburrida y Pansy parecía furiosa.

Pansy golpeó su bolso en su cama antes de marchar hacia Briar. 

–Aléjate de Draco– Ella gruñó.

Briar se sentó en su cama con total incredulidad. Ella miró boquiabierta a Pansy y replicó – ¡Con mucho gusto! ¡Por favor, hazme un favor y haz que ese idiota baboso me deje en paz!

Pansy puso los ojos en blanco y espetó – Deja de actuar como si no te gustara. Está bastante claro que sí.

Trató de respirar profundamente para no explotar. Lentamente le explicó a Pansy – No me gusta. En absoluto. Creo que es insoportable y ni siquiera me parece atractivo. No estoy tratando de robarte el chico que te gusta. Estás siendo una idiota.

Este cambio en el tono de voz pareció hacer que Pansy se detuviera en seco y realmente escuchara. Ella miró al techo y frunció los labios.

–Parece que te molesta, pero pensé que esa era tu forma de coquetear– ella suspiró.

–Por supuesto que no– replicó Briar con una pequeña risa.

–¿Y qué harás si él es tu alma gemela?– Daphne habló desde detrás de Pansy mientras examinaba sus uñas.

–No me importa. Puedes quedártelo. Las almas gemelas no son reales de todos modos– murmuró Briar mientras comenzaba a sacar su libro de pociones de su bolso.

Su comentario hizo que las otras tres chicas en la habitación jadearan en voz alta.

–¿Disculpa?– exigió Pansy.

Millicent la miró boquiabierta mientras Daphne golpeaba su tocador con la lima de uñas para mirar mejor a Briar.

Briar miró hacia arriba y se encontró con cada uno de los ojos de sus compañeras, encogiéndose de hombros.

–Quiero decir. Simplemente no es real. Es la forma que tiene el Ministerio de controlarnos– ella suspiró.

–¿Cómo puedes decir algo así?– Millicent le preguntó.

Al mismo tiempo, Daphne jadeó – En realidad no puedes creer eso.

Briar puso los ojos en blanco y respondió – Puedo creerlo, y lo hago. El verdadero amor no existe.

–El hecho de que no les haya funcionado a tus padres no significa que no sea real– refunfuñó Pansy mientras se quitaba la túnica – Quiero decir, a veces la gente simplemente conecta, y eso es natural– Añadió descuidadamente.

–Sí, bueno, mi mamá está muerta porque conectó con mi papá– replicó Briar antes de que pudiera detenerse. Tan pronto como las palabras salieron de su boca, salió disparada de la habitación. Todas sus compañeras de cuarto la miraron con expresiones iguales de confusión y horror.

Briar no les había dicho sobre eso, y nunca había planeado hacerlo. Se apresuró a ir al baño y se encerró en un cubículo. No podía creer que acabara de decir eso. Realmente necesitaba controlar sus emociones. No podía simplemente andar diciendo cosas así.

Ninguna de sus compañeras de cuarto vino a buscarla, así que esperó para regresar a su habitación hasta que supo que todos se irían a cenar. Se metió en la cama temprano esa noche, simplemente contenta de haber sobrevivido al día.

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