... Seriously? The fuck is wrong with the Baskerville?

971 105 29
                                    

Nunca hubiera pensando que llegaría la noche en que haría el amor hasta literalmente cansarme, lo disfruté más de lo que quería admitir, los labios dulces, la piel fragante, sus senos suaves, sus manos delicadas, su frondoso y mullido cabello, su tierna voz gimiendo de placer, su pequeña cintura, su frágil cadera.

No hubo parte que no besara o acariciara, la palpé para asegurarme que no soñaba, poco a poco Amelia se acostumbraba a mí y yo me habituaba a ella, quería que me conociera al igual que yo me esforzaba por conocerla, Amelia empezó a agotarse lo que no era sorprendente, para una mujer ella tenía mucha energía, empero para un varón entrenado en el ejército que llevaba seis años como célibe, no podía compararse.

Más que satisfacer mi necesidad, era como calmar la sed con uno o dos vasos de agua helada, estaba conforme y podía escapar, besé la frente de Amelia y ella se acomodó en mi pecho mientras se dormía, no pude evitar cuchichear, Amelia siempre se acurrucaba conmigo para dormir, es un hábito que desarrolló durante nuestra escapada, en un principio aborrecía esa manía de ella, ahora me parece encantador.

********************************************************************************************

Peter me saludó dándome la mano presentándose, supe casi de inmediato que este hombre no se doblegaba ante nadie y nada, Amelia me lo había descrito como un hombre pacífico, empero tiránico a su manera, no obedecía, escogía a sus propios pacientes y lastimaba a otros, no obedecía el precepto de no "causar daño" y cuando uno de mis subordinados le señaló eso, se rió contestando:

- ¿Es en serio? ¿Prefiere que sea como esos doctores hipócritas que causan abortos, o embarazos falsos para ganar poder en las casas de Ying?

Eso calló de inmediato a An que estaba malhumorado ante la actitud de Peter que sonreía, no me agradaba porque a pesar que ayudó a Amelia, permitió que los bastardos de Baskerville la hirieran durante casi una década.

- ¿Estará Amelia bien?-inquirí, decidí que no valía la pena perder el tiempo con este tipo que claramente escondía su naturaleza bajo una imagen "derecha".

- Oh, sí, siempre y cuando no vea a los Baskerville, no hay solución para eso-explicó él encantado de mi comprensión-Amelia nunca superará a esa familia, son los monstruos del cuento-apreté los puños ante esa declaración-Ella se recuperará mientras no los vea, por todo lo demás está bien.

- Retírense todos menos usted, doctor-él alza un ceja-Hay un asunto privado que necesito hablar con usted.

Es el tema que me ha estado molestando desde que llegamos a Brittannia, sinceramente antes ni me había puesto a considerarlo porque obtener el amor de Amelia era todo lo que quería, cualquier otra cosa era inútil para mí, mas es obvio que eso afecta a Amelia, pareciera que a ella no le importa los niños, no obstante más de una vez la he visto mirar adolorida a las madres con niños y siempre se toca el vientre de forma inconsciente.

Le duele profundamente no tener la posibilidad de concebir, la noche que estuvo borracha y pensé en tomarla, ella se abalanzó a mí llorando, confesando que odiaba su cuerpo estéril, quería verse lo más linda posible para ocultar la fealdad que existía en ella, se negaba a estar cerca de niños porque le dolía muchísimo ver uno y saber que jamás daría luz.

La belleza de Amelia es para su autoestima y para engañar su dolor de no ser madre, es por eso que me juré que nunca, pero jamás tomaría una concubina para tener hijos, de ninguna forma permitiría que viviera con el dolor de ver niños que no fueran suyos correteando por el lugar, si estaba obligado a tomar alguna manceba, jamás dormiría con ella y la dejaría vivir tranquila, tal vez hasta la mandaría al monasterio.

La elegida de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora