Un matrimonio es una promesa eterna

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Él habla en italiano y un idioma que desconozco, no le entiendo y está tan cansado que no opone resistencia a mí cuando lo amenazo con mi arco y flecha, lo obligo a levantarse y caminar delante mío, pero a pesar de estar exhausto, puedo sentir su ira y la amenaza de muerte que se cierne en sus espaldas. Me matará a la primera oportunidad que tenga... ¿Qué debo hacer con él? ¿Asesinarlo? No asesino a la gente porque sí.

Él da unos pasos y se desvanece,  no sé que hacer ahora que sé que sé que está desmayado en el suelo, lo miro y lo recojo del suelo para colocarlo en el caballo que rebuznó rabiosamente al sentir ese peso, lo conduzco a nuestro campamento con la esperanza que puedan curarlo y arrestarlo.

Dije idioma que me es extraño, pero en realidad esta hablando latín, en este mundo llaman al italiano antiguo latín y al nuevo italiano, no sé mucho de latín, pero me sé algunas cosas lo que significa...

¡Estudiar otras sesenta horas con Mayo! ¡Ugh!

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El campamento se alarmó al ver la presencia de un extranjero un laitano, yo me excusé que estaba cansada y entré a la Biblioteca a estudiar para el día siguiente.

Me desperté temprano, para mi sorpresa Hisui me tenía en sus brazos, me confundí por unos segundos, aunque me calmó su corazón, no puedo vivir sin oírlos, son mi seguro que todo saldrá bien, suavemente me deslicé de sus brazos para levantarme, no podía despertarlo.

Hisui abrió los ojos y cuando vio lo que intentaba hacer, frunció el ceño, se incorporó a medias, me sujeto de la cintura para mi sorpresa y me arrastró de nuevo hacia a la cama, rodeó mi espalda con sus brazos, puso la sábana sobre nosotros y me besó la frente: "Es demasiado temprano, duerme"

Estoy roja, duda no tengo, forcejeo un poco, pero mientras más me esfuerzo por huir, más se enoja Hisui y me atrapa con más fuerza, entrelaza una de sus piernas con la mía, dejé de intentarlo al sentir algo duro en su entrepierna, quiero gritar o hacer algo, mas no me atrevo y además no es que no me guste, es solo que no estoy acostumbrada.

Mi marido me aprisiona de esta manera últimamente, no quiere dejarme ir como si fuera a escaparme en cualquier momento lo que es ridículo, he estado con él en las malas ¿Por qué no habría de estar con él en las buenas? Hisui es incomprensible o tal vez los hombres son así porque en el instante en que deje de forcejear, él vuelve a ser amable y gentil conmigo, no es que me hacía daño antes, solo que este sentimiento de posesión...

Es incomprensible para mí.

Una vez que me detengo, él se relaja y vuelve a dormir, yo me acomodo en su pecho y cierro los ojos porque sé que no hay forma que pueda escapar de su abrazo, así que me resigno a mi suerte de dormir más.

Es Hisui el que me despierta y me trae un regalo que son arándanos ¡Me encantan los arándanos! Le doy gracias y estoy saboreando cuando nos llaman a la reunión de emergencia, nos aseamos y nos vestimos para asistir porque también me agregan.

Una vez que llegamos ahí, los generales me saluda y algunos hasta me sueltan algún piropo que hace que Hisui les fulmine con la mirada ¿Qué tan celoso es mi marido? Estoy pensando en ello cuando vemos al intruso que traje ayer, él me mira furioso y empieza a insultarnos.

- Uwaaa, cálmate hombre-le digo en mi torpe latín sorprendiendo a los presentes- Hace años que no hablo latín, así que hable despacio.

- ¿Oh? ¿Una mujer que habla latín en el ejército de Ying?-si supieras lo que sé-¿Por qué Ying está...? Conque es cierto-farfulló el hombre desanimado-Hungría ha sido derrotada ¿No?

La elegida de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora