El comienzo de una luna de miel muuuuuuuuuuy dulce

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Hisui me mira desconcertado ¿Las ostras como afrodisíaco? ¿Qué decía? Me sonrojé al acordarme de algunas escenas R-15 que llegué a leer en la Gran Biblioteca.

- Los terrestres... tienen una variedad de afrodisíacos como comida-él mira sorprendido las ostras-Se cree... bueno por lo que leí, no investigué mucho en el tema tampoco es que estaba interesada en aquel entonces-no mentí, estaba sumergida en las historias de amor no eróticas, lo más fuerte que llegué a leer fue las primeras líneas de una escena de amor fuerte y en el cómic asiático fue cuando un hombre empujaba a una mujer al suelo o se despertaban casi sin ropa.

- ¿Por qué crees que nos ofrecen este plato como afrodisíaco?

- Porque están crudos y nos ofrecieron vino blanco, se dice que uno de las mejores formas de comerlos es con vino blanco-expliqué-además, la "hermana" enfatizó la palabra placer, Hisui, no creo que sea coincidencia.

- ... ¿Cómo sabes de esto?-fue su siguiente pregunta.

- Me gustan las historias de amor-respondí tímidamente-No llegué a leer las eróticas como las llaman, pero en ellas se hablaba de las ostras, chocolate-su rostro tildó a la derecha mostrando confusión-entre otros alimentos son afrodisíacos, me pareció ficción, pero mientras investigaba alimentos, descubrí que es cierto, hay cierto alimentos que estimulan... las... bueno parte...-me estoy muriendo de vergüenza-la potencia masculina y femenina.

Tengo que desviar mi mirada de mi marido porque de verdad es demasiado para mí, a pesar que las terrestres son desenvueltas, sus actitudes me parecen vulgares, se debe a mi pensamiento "victoriano" aunque la verdad, tengo envidia de su cultura, en este momento, en su mayoría ninguna mujer terrestre adulta está obligada a reportarse a su padre, a su esposo o hijo, es más si un marido intenta controlarla, podría demandar el divorcio y una compensación.

Una vez que la mujer cumple la mayoría de edad, puede irse sin nunca más pedir permiso a su padre y jamás, y resalto, jamás está obligada a responder ante su hijo, solo debe criarlo, si puede educarlo y salir a divertirse, está en su derecho a hacerlo, una puede incluso decidir ser madre soltera y aunque reciba críticas no será perseguida por eso.

Un hombre considerado, cariñoso, trabajador y sobretodo que te trate y piense en ti como tu igual es lo que las mujeres quieren y hasta demandan tener en una relación, especialmente en Europa, no me doy cuenta que estoy reflexionando profundamente en ello cuando siento un jalón en mi muñeca y mi marido me besa con pasión.

- Naaa-susurra entre labios mientras su lengua acaricia la mía estremeciéndome-¿En qué piensas? ¿Por qué estás pensando en otra cosa que no sea yo?-sus manos pasan por mi piel causándome un escalofrío- ¿Qué puede ser más importante que tu marido, mi Amelia?

- Ah... perdón-me disculpo ante mi desconsideración, tomo su rostro y le miro-Es solo que... me avergoncé tanto...

- No tienes por qué, eres mi amada esposa-murmura él mientras me besa el rostro, tiemblo ante su toque tan gentil y cariñoso-Nada es vergonzoso para nosotros dos, te deseo, pero me interesa más tu bienestar, no podría acariciarte sabiendo que te hago daño, es por eso que me contuve durante seis años en hacerte mía.

Sus dedos son precisos y tiernos, me recorren por todo el cuerpo, su voz es impaciente, empero su toque es tan paciente, hasta que conocí a Hisui siempre creí que uno temblaba por frío o por miedo, no me gustaban las caricias porque me producían un escalofrío de terror, ahora las adoro porque es Hisui quien me toca.

- Ngh... ah...-gimo

- Es es un sonido realmente saludable-comenta Hisui con un tono pícaro, me besa el cuello, apoyo mis manos sobre su pecho para sostenerme, su voz es tan dulce y provocativa-Un gemido seductor, mi Amelia, realmente... ha valido totalmente la espera para tenerte así en mis brazos, no me temes-él jadea, deslizo mi manos por su ropa, no sé cómo quitársela, lo hago torpemente, él se ríe de buena gana al ver mis esfuerzos-no hay apuro mi Amelia- estoy atónita al quitarle la camisa, finalmente entiendo por que le pusieron aceite, huele a menta y un poquito de eucalipto, empero sus músculos resaltan más que nunca ¿Es esto seducción? A pesar de estos impíos pensamiento, me doy cuenta que estoy tranquila.

La elegida de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora