La elegida de la muerte

No interesa tanto el precio del regalo como el valor del regalo

No puedo ver a Sia-sama, empero sé perfectamente que está sonriendo, no es una sonrisa benévola ni amable, mis instintos me dicen que es más de sorna, me pregunto si sobrepasé mis límites al preguntar quién era Mayo.

- Ein es la realización de nuestro deseo-¿Nuestro?-Somos divinidades, seres supremos a los seres humanos, nuestra fortaleza se basa en que nuestra comprensión del universo es superior a vuestra raza de ahí reside nuestro increíble poder, sin embargo inclusos nosotros tenemos restricciones, nuestro sueño no puede ser realizado por nuestras manos-Oh, eso es muy triste-Es ahí donde entra Ein, él será quien cumpla nuestro anhelo.

- ...

- ¿Piensas que es injusto, mi sacerdotisa?-asentí ante su pregunta-Eres honesta lo que es importante, no puedes mentir ante nosotros. No lo dices, solo lo piensas, eso prueba que sabes que no puedes hacer nada contra nuestras intenciones, pero no temas, mi niña. Puede que este trato sea abusivo, sin embargo somos seres racionales y misericordiosos; una vez que Ein cumpla su función para nosotros, será recompensando con todo lo que podamos ofrecerle, fortuna, amor, salud, sabiduría y lo más importante: libertad de nosotros.

En pocas, es un trabajo, Ein debe cumplir su rol para que pueda ser retirado y cumplir su jubilación.

- ¿Cuál es el rol de la maestra de Ein?-fue mi segunda pregunta.

- Vivir hasta que la muerte natural venga por ella-¿Eh?

- Entonces-si esa la única función del ama de Mayo lo cual no tiene sentido, solo se me ocurre pensar que-¿Cuáles son los requisitos para ser la ama de Mayo?

- Eres inteligente, sabría que lo entenderías-cuchichea ella feliz-Debe ser alguien que este unido de cierta forma a la muerte, además de ser mujer maternal, por tus conocimientos del planeta Tierra, debes saber que no todas las mujeres desean ser madres, la que llegue a ser dueña de Ein, tiene que ser maternal.

- ¿Maternal?-me oí a mí misma preguntar.

- Escuchaste bien, fuiste elegida porque estabas conectada a la muerte que tanto anhelo y al mismo tiempo tenías un fuerte deseo de ser madre.

Eso me descoloca por completo ¿Yo, ser madre?

- Así que no pierdas el tiempo y empieza a planear cuántos hijos quieres, niña mía-Mayo ruge y yo me quedo petrificada ante su petición-Ah, disfruta del ahora porque en el futuro no podrás hacerlo con tanta frecuencia.

- ¿Hacer qué, su divinidad?-es lo que puedo decir.

- ¿? Hacer el amor mientras puedas, si es tu primera vez recomiendo hacerlo sentada, duele menos.

Hablar de sexo es lo último que pensaba conversar con mi "jefa", me quedé atónita durante unos minutos al punto que Mayo que estaba detrás de mí, me empujó suavemente para saber si todavía seguía consciente, eso me ayudó a volver a la realidad.

- ¡Eh! ¡No...mucho...! ¡No es momento de hablar de eso!-consigo sacar las palabras de mi boca.

- ¿De qué hablas? ¿Estás libre no?-me cuestionó con lo que parecía ser una voz muy seria-Como mi sacerdotisa, me gustaría que disfrutaras del amor físico al máximo.

¡Voy a morir! ¡Voy a morir de la vergüenza! Toso para aclarar mi garganta y que las palabras salgan claras y firmes.

-¿Esos todos los requisitos?

- Sí.

- Entonces ¿Por qué me pidió no usar magia? ¿No constituye eso un requisito?

- No, pero eso tiene un precio-se escucha la risa-Tú no la usas a menos que sea un momento de vida y muerte lo que te hace la ama perfecta, rara vez utilizabas la magia incluso en tu antigua vida, la repudías ¿No?