El tigre dorado extraña al trigal turquesa

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La primera vez que vi Amelia fue cuando tenía catorce años y ella trece, en realidad fue cuando cumplí quince años.

Técnicamente hablando, era muy bella, cabello fucsia y ojos turquesa que miraban con frialdad al mundo, sus modales eran perfectos, sin embargo a pesar que ella era famosa por su belleza y etiqueta, era todavía más conocida por ser la hija "bastarda" del archiduque.

Se rumoreaba que el archiduque Baskerville había tenido un amorío con una mujer plebeya y una vez que desapareció su hija Letizia fue a recogerla, sin embargo una vez que vi a la muchacha me pareció extraño, si era hija biológica de los Baskerville, tuvo mala suerte porque no tenía ni pizca de los Baskerville, sus ojos eran una mezcla de azul y verde, aunque el verde era más predominante.

Ella se quedó en una esquina ignorada por el resto de los invitados, tenía un aire de soberbia que me llamó la atención, era una verdadera princesa, arrogante, indiferente, un aire de superioridad que alejaba a todos de conversar con ella, sin embargo no me convenía hablar con ningún miembro de los Baskerville, la casa más poderosa del imperio incluyendo de la realeza.

Nadie sabe que mi padre tenía una amiga de la infancia a la que favorecía mucho, ellos jugaban mucho y crecieron en la adversidad, mucho pensaron que esta niña sería la siguiente emperatriz, mas se equivocaron, por motivos políticos, esta chica fue ofrecida en matrimonio a la casa de los Baskerville, a Edward que se enamoró de ella.

Pensé en Letizia a quien nunca llegué a conocer, desaparecida a la tierna edad de los diez años para ser reemplazada por Amelia, una chica de la cual nadie antes había escuchado antes y el archiduque la trajo casi de inmediato a la sociedad para ser presentada.

Cambié mi opinión cuando salí al jardín a respirar un poco... y los asesinos que mandó mi madrastra aprovecharon la oportunidad para matarme, sin piedad, sin darme tiempo a recobrar mi aliento, pude eliminar a dos, mas al tercero no tuve tanta suerte, sin embargo antes de poder reaccionar, el hombre cayó a mis pies escupiendo sangre por la boca.

- ¿Te encuentras bien?-preguntó una voz todavía infantil madurando, vi asombrado a la muchacha que tenía una daga en su mano, su arma goteaba sangre verde.

-Sí... -contesté anonadado.

- Eso es bueno-replicó ella limpiando su cuchillo sin una sola mirada de terror o arrepentimiento-Vamos-dijo ofreciendome su mano-No le dé el gusto a la emperatriz, majestad.

Así conocí a Amelia, no fue un encuentro de rosas ni de alas, nos conocimos con sangre, cadáveres y la luz de la luna llena.

Obviamente fue romántico.

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Amelia está obsesionada con Letizia, está convencida que volverá un día, ella dice que el problema no es realmente que ella regrese, es su casa al fin y al cabo sino la actitud que tomarán todos cuando la princesa Baskerville vuelva, no piensa quedarse en un lugar en que la trataban peor que la mierda, lo cual es cierto.

Siempre me preocupó que ella fuera la primera dama del imperio en morir de hambre, Amelia apenas consigue comida y es envenenada con tanta frecuencia que cuando cumplió diecisiete años, ella era inmune a los venenos, cuando solía venir a mi casa, ella probaba mi comida y decía si estaba envenenada o no.

Es bellísima, Amelia tiene un aire que ella llama de villana, es indiferente, arrogante y superior, sin embargo Amelia es en realidad tímida, suave y desconfiada, no es exactamente cariñosa, es más como un perro maltratado que al encontrarse con alguien que le trata bien, no sabe cómo reaccionar.

La elegida de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora