A Wedding! Today the bride is the priestess of death!

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Ein observó como de repente hubo todo tipo de actividad en el templo del amor, le pareció divertido ver la frustración del marido de su maestra que era obligado a estar en otra parte de la residencia.

El templo del amor estaba en éxtasis, el monje-jefe del templo leía aburridamente las enseñanzas de la diosa cuando dos de sus subordinadas entraron a tropezones para contarle del milagro y mostrarle la sábana, el hombre se emocionó al punto de estar llorando, a pesar que el templo existía desde tiempos inmemorables, nadie respeta la condición de la diosa.

Hay muchos templos que se construyeron, fueron destruidos y vueltos a reconstruir, empero solo el de la diosa del amor se mantiene, es el único que se renueva porque la única vez que alguien intentó dañarlo terminó descuartizado.

El templo del amor es el único lugar donde ni el poder político ni económico se respeta, todos los países están obligados a donarle algo de dinero para que se mantenga a flore aparte que nadie puede pelearse.

Una extraña tradición que también se respeta es que cada tres años, hay un período de cinco semanas en que nadie puede casarse, luego de una semana recién se puede ingresar al templo. Ha pasado tanto tiempo que la gente ha olvidado que la diosa indicó que era una prueba, aquella pareja casada por leyes humanas que perdiera la virginidad en aquel templo durante esta etapa , aparecerían los símbolos del "amor" y la diosa recompensaría aquella pareja dándoles una boda divina.

Desgraciadamente los humanos honran más la "dignidad", mujer que no pierde su virginidad a la noche de casada es considerada una deshonra para su casa. Lo cual le pareció tonto a Mayo ¿Qué honor? Muchas mujeres u hombres casados abandonan a su pareja por otro placer o cuando este cae en desgracia, en comparación de esperar una semana, no le parecía tan mala idea.

Joseph y Amelia se enteraron de ello aquella mañana, había tanta felicidad y ganas de fiesta que ella no pudo oponerse y Joseph nunca arruinaría la alegría de Amelia que estaba fascinada con la idea de casarse con la bendición de la diosa. Además el príncipe tuvo que admitir a regañadientes que había beneficios en casarse, para empezar los mudaron a la parte central del templo donde era una casa al estilo ying gigantesca, todo era nuevo, suave y de muy buena calidad ¡Incluso tenían sus propios baños termales privados!

Mayo tenía curiosidad por saber cómo era la residencia, así que apareció detrás del príncipe que se alarmó de su presencia y casi lo corta, al ver que era el peluche negro, se molestó, empero lo recogió del suelo y paseó por el lugar para examinarlo de cerca.

- Diosas...

El lugar era amplio, había una chimenea y varias lámparas que estaban ubicadas en lugares extraños al menos desde el punto de vista del príncipe que se aseguró que no hubiera ningún artefacto de espionaje, mientras revisaba, Mayo observaba el lugar y se convenció que sus dueñas realmente amaban la Tierra moderna.

El príncipe no lo sabía, pero el lugar estaba ambientado como si fuera de un hotel de cinco estrellas de amor, era lujoso y al mismo tiempo estaba acomodado para resaltar la sensualidad del ser humano, en especial de la mujer, Mayo ladeó la cabeza porque no entendía el deseo sexual aunque sabía que en este mundo era importante para la concepción ya que no existía la inseminación artificial.

Mayo se sintió triste y solo, desde hace un año sentía un extraño anhelo de sentarse en el regazo de su ama y que esta le leyera libros, que le abrazara y acariciara su cabeza, le irritaba el esposo de su dueña porque le restaba tiempo con su ama, empero era consciente que gracias a él, su señora era feliz y finalmente estaba saludable.

El familiar de la muerte pensó en los requisitos que debía tener la sacerdotisa de la muerte, una niña que tuviera afinidad con el fallecimiento, una hija de Catrina, la muerte que se lleva a todos y al mismo tiempo debe ser una mujer que sufra por sus criaturas, una fémina que rasgue sus ropas y sus lamentos sean equivalentes al de Raquel que lloró por sus hijos muertos en Belén.

La elegida de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora