La cruz del tiempo revertido.

376 47 8
                                    

No pensé que me encontraría, miré directamente a mi oponente y claramente como el agua se notaba el odio y el resentimiento en sus ojos, me miraba como si fuera un insecto venenoso, una monstruosidad, no se necesita ser genio para darse cuenta que le enfurece mi presencia. Pensar que este hombre, que es sinónimo de violencia y salvajismo, es el marido de mi ex-mejor amiga.

Solía pensar que Amelia era una idiota por escogerlo para que sea su esposo, no obstante debo reconocer que probablemente tomó la mejor decisión, en circunstancias normales él me ignoraría, mas como hecho obvio mi intención de ver a Amelia, no piensa tolerarlo. Amelia no me quiere ver, cortó lazos conmigo el día en que rompí mi promesa, no volví ser digno de confianza de ella y tampoco quiere comunicarse conmigo.

Y su marido está profundamente enamorado de ella, el poco tiempo que he podido verla (espiarla) he visto como la trataba, como si fuera de cristal, con tanto cariño y dulzura que sinceramente me sorprendió porque no esperaba esa actitud de un hombre cuya reputación era peor que la del príncipe César.

Por lo tanto, yo que soy un incordio y dolor para Amelia ¿Se me permitirá verla? Obviamente no, ella misma no quiere verme y este hombre que está locamente enamorado, no piensa consentir mi encuentro con ella, tengo que ser sincero, si yo estuviera en su situación, tampoco permitiría que un ex-amigo traicionero visitara a mi persona especial.

- ¿Y  bien?-su voz llena de aborrecimiento-¿Te irás o te obligaré a irte?

- Qué hombre tan implacable es usted-respondí con una sonrisa-¿Ni siquiera me dejaras explicarme de por qué la quiero ver?

- No me interesa-replicó fríamente- No importa porque al final sin importar lo que digas-levanta su espada, siento como hay sudor frío en mi espalda-No te permitiré verla.

¡Qué hombre tan horrible y determinado es! Hablaba en serio de no matarme, mas parece que eso no incluye el de no lastimarme o mutilarme, tengo que estar agradecido por las leyes de la diosa del amor que prohíben la muerte, lanzo un hechizo protector, no obstante él solo mira un segundo mi escudo antes de darme una estocada justo en el punto ciego de mi barrera.

Esto es malo, ni siquiera César es tan hábil en la batalla mágica y lo que es peor, es que este hombre no ha utilizado magia todavía, es un experto, ha peleado muchas veces contra magos, sabe donde, cuándo y cómo atacarnos, aún si no fuera príncipe, este hombre fácilmente tendría el rango de capitán de la guardia real, así de increíble es.

Su donaire realmente me enoja, su arrogancia está justificada, este príncipe realmente tiene la capacidad de retenerme aquí, no permitirá que vea a Amelia bajo ninguna circunstancia, no obstante yo debo verla sin importar qué, así que me lanzo un hechizo de humo con la esperanza  de escabullirme, pero entonces su espada me atraviesa, escupo sangre sin creer lo que acabo de ver ¿Un espadachín tirando su arma? En el mismo momento en que estoy a punto de lanzar una maldición, él aparece y saca su espada dando un salto hacia la derecha evadiendo mi ataque.

¡Magia de automejoración! No lanzó su espada hacia a mí sin un plan, corrió hacia a mí, calculo el momento exacto para usar su magia y luego esquivó mi ataque, con un movimiento absolutamente soberbio sacude su espada para limpiar mi sangre. Empieza invadirme el miedo, este tipo es realmente un maestro, utiliza la menor cantidad posible tanto de movimientos o de magia para ahorrar energía y mana, lo que lo hace letal.

Yo estoy jadeando y sangrando, él ni siquiera esta sudado, me observa fríamente aunque noto que tiene una minúscula sonrisa de burla dibujada en sus labios, es tan pequeña que si no fuera porque lo estoy mirando fijamente, sería imperceptible.

- Eres un hijo...-por primera vez desde que tengo memoria empecé a maldecir.

- Ten mucho cuidado con tus palabras-me advirtió ahora sí con una suave sonrisa-Si deseas insultarme por ser hijo del emperador, eres más que bienvenido, pero si lo haces a través de mi madre, tendrás más problemas de lo que ya tienes-me amenazó-Ese es el problema de la paz, es obvio que tienes talento para la magia, pero no tienes habilidades de guerra, has afinado tus dones en otra dirección, no importa que tan dotado seas, si los moldea para un fin específico quedas débil para las otras áreas.

La elegida de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora