Love is everywhere

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Una vez más, gracias por ayudarme amiga mía

Esa noche hubo tormenta, realmente me encogí al escuchar los truenos, cuando era pequeña le temía a los rayos y siempre me escondía debajo de la cama, papá tenía que venirme a sacar porque me parecían que los brazos de mi mamá apenas podían protegerla ¿Cómo podría importunarla? Solo papá tenía brazos fuertes y grandes para protegernos a las dos y además a sí mismo.

Además de su poderosa, pero firme voz, usando un tono tierno y cariñosa a la vez seguro en que yo ya no temía a nada, papá era realmente muuuy dulce y suave conmigo, lo poco que puedo recordar ahora es que siempre me tenía cargada en sus brazos cuando tenía miedo o tenía sueño.

Papá no comía mucho siempre cediendo su plato a mí y a mamá que intentaba convencerlo de que tenía que comer, él se reía diciendo que fue bendecido con un cuerpo fuerte y autosustentable, no necesitaba mucho para vivir. Yo era muy pequeña para entender la pobreza en la que estábamos, siempre pensé que mamá nunca me sacaba afuera, mas me doy cuenta que era porque papá no estaba, cuando tenía esa edad, siempre que podíamos salíamos los tres a los parques, nadie se atrevía a pelearse o robarle a mama cuando papá estaba ahí, él era muy fuerte y siempre salía ganando de cualquier pelea.

Mi papá murió, nunca me abandonó, mamá siempre decía eso, mi padre murió, no obstante se rehúso a decirme cómo. Mi padre estuvo conmigo casi todo el tratamiento y luego de una fiebre en que pensé se asustaron, padre me sonrió antes de darme un beso y una última nana...

Nunca más volví a verlo, mamá estuvo llorando por días y yo no lloré sino hasta un tiempo después porque no entendía lo que pasaba, no comprendía que mi adorado padre a quien amaba muchísimo no volvería a casa, jamás volvería a verlo, eso me puso muy triste, ni siquiera pudimos enterrarlo.

Mama siempre tenía depresión cada vez que le preguntaba donde estaba mi padre, así que dejé de hacerlo, con el tiempo dejé de cuestionarme porque había asuntos más importantes que tratar como nuestra supervivencia, empero también porque era demasiado doloroso tratar de acordarme de él.

Nuestra vida era complicada, difícil, empero no era dura, si me preguntas que parte de mi vida fue la peor, yo diría que sería el período de 10 a 18 años, el tiempo que pase con los Baskerville, soy materialista y me gusta mucho el oro, las cosas hermosas y exquisitas porque conozco la necesidad, empero sé la importancia de los sentimientos, nada podría sustituirlas.

Por eso no me importó tanto las duras condiciones de la guerra porque tenía a Hisui de mi lado, él era mi compañero así que podía soportarlo,...

Suspiro y doy un respingo cuando un rayo cae tan cerca de aquí que pensé que quemaría algo,  tengo malos recuerdos así que esta tormenta me afecta profundamente.

- ¿Ama?-inquirió una voz suave, levanté la cabeza-¿Estás bien? ¿Qué te duele?

- Ein...

Lo abracé con fuerza, me doy cuenta que está será la primera noche que dormiré sin Hisui desde que entré a este templo, aunque siendo honesta... será la primera vez que no hago el amor, me rió al pensar en eso, hace apenas un mes y menos era una completa virgen a pesar de estar casada por casi seis años y ahora no me queda nada de la inocencia.

Dormí con Ein en mis brazos, temblaba a pesar que no hacía frío, la chimenea estaba prendida, las monjas la encendieron por temor a que cogieron frío, así que la temperatura del cuarto estaba caliente sin contar que me sirvieron una sopa de crema de cebollas junto a otros platos con cuencos calientes.

Pensé que tenía pesadillas porque tenía una sensación de miedo en mi cuerpo que paró en algún momento de la noche, la presencia de Ein debió reconfortarme aunque cuando abrí los ojos, me encontré en los brazos de mi marido, él me abrazaba mientras dormía, debió llegar en algún momento de la noche.

La elegida de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora