Regalos y regalos

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Después de que la manceba me abofeteara y me escupiera, no volví a saber de ella, Yuri me contó que los sirvientes que se encargaban de mantenerlo limpio, estuvieron enfermos y tuvieron que pedir una semana de licencia ni siquiera el guardia se salvó, se ponía verde cada vez que veía carne en su plato.

Mi habitación quedó un desastre luego del saqueo continúo de esa mujer, Hisui ordenó que me trasladaran a su recámara mientras arreglaban el mío, intenté negarme, empero él no me lo permitió, así que mudé sin más preámbulos.

Su cuarto era más lujoso y cómodo que el mío, lo cual no era de extrañarse considerando que él es el "príncipe heredero", me sorprendí al ver tantos tesoros, había un ornamento en forma de un zorro que llevaba flores en su boca, era la misma posición que mi estatua, aunque este fuera mucho más detallado y magnífico.

- ¿Te gusta?-me preguntó Hisui acercándose a mí-Pedí que te lo hiciera específicamente para ti ya que la estatua que te di fue destrozada por Chen, me lo entregaron hoy así que pensaba dártelo.

- Oh-¿Otro regalo? Eso me pone muy contenta a mi pesar-Muchas gracias-estoy realmente agradecida, sin embargo cuando él mencionó mi estatua, me acordé-Lo olvidé, Hisui ¡Hay algo importante que debo mostrarte! ¡No sé si será útil sin embargo sé que era valioso!-tomé su mano para guiarlo.

Él me mira sorprendido y me sigue sin decir, no me doy cuenta que toma mi mano con fuerza, rápidamente bajamos las escaleras y varios ojos nos siguen extrañados, Heidi al notarnos, intentó disuadirnos, empero no la escuché. Llegamos al jardín destrozado y abandonado, se me rompe el corazón de verlo así, alguien me palmea la cabeza, di la vuelta y vi a Hisui.

- No te aflijas-me consoló mientras deslizaba sus dedos por mi cabello-Te daré flores más hermosas y las mejores herramientas que tu jardín quede deslumbrante-¿¡En serio?!-Así que no gimotees por ello.

- Por cierto princesa ¿Por qué trajo al maestro aquí?-inquirió inquieta Heidi.

- Miren.

Corté con dificultad la enredadera, antes de irme la sellé con hierbas salvajes para asegurarme que Chen no pudiera encontrar mi escondite, como era mi jardín y está de moda lo dantesco, la estatua era lo más terrible del jardín que era limpio y ordenado, probablemente él pensó que esa era mi modo de expresar "mi arte" porque el mismo emperador lo aprecia.

Miré la estatua a la que le faltaba la cabeza, como estaba hecha de un material barato y no era exactamente una obra de arte finísima, no prestaron más atención a ella. Una vez que está libre de esas ramas, la empujo con todas mis fuerzas pensando que estaría muy pesada, mi error, está tan ligera que cede sin mostrar resistencia y yo estoy a punto de caerme por las escaleras, si no lo hago es porque Hisui me sujetó el brazo a tiempo y me jaló hacia a él.

- ¿¡Estás bien?!-me pregunta.

- Sí, lo siento-me disculpé, no esperaba eso, podría haberme roto algún hueso porque puse fuerza en mis brazos-Perdón.

-Alteza ¿Qué quiere mostrarnos?-cuestionó Heidi mirando sorprendida el pasaje escondido.

- ¿Se acuerda de aquella vez que me caí?-ambos asienten-No me caí de la escaleras al jardín, mentí, me caí por aquí y encontré este sótano secreto-bajo por las escaleras seguida de Hisui que enciende una llama para iluminar el lugar-Me emocioné por tener algo secreto, me gustan las novelas de misterio y siempre tienen algo secreto como un arma, un diario, etc.

- Alteza-el rostro de Heidi es de incredulidad-No vuelva a hacerlo por favor, si quiere tener algo para usted sola, está bien tenerlo, pero no lo esconda de todos.

La elegida de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora