Tres tigres trigaban un trigo. El primer tigre es dorado.

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Es el día del banquete, me preparo cuidadosamente y me pongo un vestido discreto de color azul, maquillaje suave y nada llamativo junto a unos guantes, obviamente mi traje cubre las recientes cicatrices que me hice para escaparme de la ira de su excelencia. Suspiro pensando que el reloj no avanzará lo suficientemente rápido para mi cumpleaños, quiero ser libre y feliz, pero para lograrlo debo sobrevivir primero la convivencia con la familia Baskerville.

Salgo del palacio y veo que Nicholas se está preparando para subir al carruaje, soy consciente que jamás me permitiría subir con él a uno de esos carruajes aún me queda fresca la memoria de aquella vez que me tiraron del carruaje en pleno movimiento, tiemblo al pensar en aquel momento y me sacudo los hombros, aprendí mi lección, voy saliendo del portón a pedir un carruaje que me acerque lo más posible al palacio real y luego mostrar mi identificación.

Sin embargo antes de lograrlo, siento como me sujetan de la muñeca, veo a Nicholas mirarme ceñudo.

- Honorable hermano mayor-digo porque estamos en público-¿Sucede algo?

- ¿Piensas usar el mismo método? Este es un banquete real y la invitación te llegó personalmente esta vez-me increpó el primogénito de los Baskerville- Sé más consciente de tu situación, Amelia.

- Lo lamento, no me di cuenta de ello, en ese caso llamaré a otro carruaje para que me lleve.

- No, vendrás conmigo.

Siento como todo mi cuerpo se vuelve tan o más frío como el hielo, sé que mi rostro se ha vuelto pálido, mis manos tiemblan, quiero huir de ese lugar.

- Co....Como desee honorable hermano mayor-mi voz apenas sale.

Ni bien aparece el carruaje en mi campo de visión, voy a zancadas a este, subo y me quedo en el rincón más cercano a la puerta, trato de parecer insignificante, muy pequeña y sobretodo invisible, apenas hace unos días tuve que ofrecer mi mano dominante para calmar la ira de un incidente que no provoqué y ahora ¿Estar con el carruaje con el primer joven maestro? ¿Es esta su forma de castigarme?

Nicholas me mira y yo cierro los ojos. Pienso en todas las cosas buenas que me esperan después de mi cumpleaños, comida deliciosa sin preocuparme por el veneno, vestirme sin encontrar agujas o alfileres en ellos, vivir sola donde nadie me culpe por cosas que no cometí, no llevar el apellido Baskerville, a lo mejor podría ver el amanecer de Sheng Long, no ser gritoneada o zarandeada por el segundo maestro de la casa, etc. etc.

Apenas anuncian que es el palacio real, casi cedo a la tentación de abrir la puerta con una patada, lo abro antes que lo haga el sirviente y bajo rápidamente, luego me pongo a las líneas a esperar que baje y caminar detrás de él.

- Tú...

- Juro por mi alma que no ensuciaré el buen nombre de los Baskerville-digo para calmarlo-Aunque en realidad nunca lo hecho cuando he salido honorable hermano mayor, debes darme mérito en ello.

Él refunfuña y me pongo detrás de la espalda, hay un momento de silencio en que él chasquea los dedos y empieza a caminar, lo sigo sintiéndome muy cansada, agotada y exhausta, no ha pasado ni veinte minutos en el banquete y ya siento que las rodillas van ceder del agotamiento que siento.

Ah... si no fuera por este asunto, me iría a casa, venir con los Baskerville a cualquier evento es peligroso y agotador, saludamos a la reina y al príncipe, luego de un tiempo nos sentamos en las mesas y nos sirven la comida.

Como con gusto y placer, no tengo que preocuparme si está envenenada o no esta comida, el único veneno agradable es la Belladonna tiene un sabor dulce y ácido al mismo tiempo al menos para mí, estoy comiendo con tranquilidad, nadie me habla, todos se dirigen a Nicholas que me echa un vistazo y yo pretendo no ver porque no he hecho nada malo.

La elegida de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora