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NYLE VEGA

Después de todo eso, le dimos muchas palabras a Lennox para que se animara, hasta Engelbert se puso a bailar raro para hacerla reír.

-Somos como los mosqueteros. -hablo mi princesa.

-Los mosqueteros son tres, nosotros somos más. -objeto Lennox poniendo varias capas de ropa en el suelo para que se siente.

-Lo multiplicamos por dos y que muera uno. -encogió los hombros Engelbert.

Lo que dijo en un chiste inocente Engelbert se hiso un silencio ya que en si teníamos un amigo muerto, pero él no midió ni pensó lo que decía.

-Lo siento. -apretó sus labios avergonzado.

-Descuida. -Chloe le dio unas palmadas en la espalda.

Habían solo tres cobijas en una bolsa cerca de las cajas, nos dimos cuenta cuando Engelbert bailaba como loco y en una de ese cayo por ahí pero su caída se vio amortiguada por esa bolsa con cobijas.

Agarre una para mi princesa que dormiría conmigo en el sofá, Chloe en el colchón y Lennox hacia su cama de ropa, Engelbert agarro una cobija para él.

Cuando ya estábamos todos acurrucados, Englebert se levantó de su silla.

-Somos una torre de naipes, si una no está bien ubicada perjudica a todos, si uno cae, todos caemos. Quiero hacer una promesa aquí delante de todos. -alce la cabeza que tenía enterrado en el cuello de mi novia para verlo. -Siempre seremos amigos, pase lo que pase entre nosotros.

-Si terminan tú y ella seguiremos unidos, si Engelbert y Lennox terminan odiándose seguiremos siendo amigos. -hablo Chloe.

-Pase lo que pase seguiremos uniéndonos, haremos una parrilla cuando tengamos treinta años. -propuse.

Mire a todos y estábamos de acuerdo con lo acordado.

Después de como una media hora mis ojos se sentían cansados, di la última ojeada a todos asesorándome de que todos estén dormidos.

...

ENGELBERT BARROW

No podía dormir, ni siquiera cerrar los ojos, lo intente de nuevo y volví a fracasar, escuche un suspiro de Lennox ella seguía despierta.

Me pare cuidadosamente para sentarme a su lado, ella vio por encima de mí, despego su espalda de la pared para fijar sus ojos en mí, aproveche ese momento que estaba mirando el verde de mis ojos para pasar la cobija uniéndome a ella.

-Parece que somos los únicos con problemas para consolidar el sueño. -ella se acercó más a mi pecho poniendo su mano en este.

-Talvez. -encogió sus hombros.

Me acerque mucho más a ella es que me sentía atraída a mirarla más de cerca.

-¿Sabes que pedí en mi deseo de cumpleaños al soplar las velas? -me vio desde abajo.

-Se supone que esas cosas no se dicen para que se haga realidad. -me contesto de manera burlona.

-Desee que fueras feliz.

Ella regreso a verme a la velocidad de la luz, tener su mirada en mi hacia que mi cuerpo tiemble, pero se vio reflejado en mi labio, ella cerco sus dedos a mi labio inferior, el solo contacto con su piel hizo detener aquella acción.

Sus ojos, no podía alejarme de ver sus ojos, era la maldita atracción.

-¿Por qué?

-Hace una semana si he estado triste, hasta llore para que mi familia este conmigo, pero mi hermana me dijo que debía crecer no todo el tiempo estarían. Pero estuviste tu haciéndome sentir acompañado, desee que fueras feliz sin conocer tu historia.

Hechos para ser uno soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora