Hechos para ser uno solo

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NYLE VEGA

Después de la mega fiesta que tuvimos, nos quedamos ahí hasta la noche, mi espalda rogaba un colchón suave. Ese día al despertarnos como a medio día, nos habían traído el desayuno y en pleno de desayuno regresó, ni idea de donde estaba, pero era muy temprano de un día después de nuestra aventura, ahora estábamos en las Van, esperando el mensaje de Chloe, hoy es su cumpleaños 18 y no sé muy bien lo que hará, pero nos dio dinero para comprar cosas.

—¿Qué le regalaremos? —les pregunté a los demás mientras desayunaba.

—Podemos comprarle un conjunto de ropa. —sugirió Audrey.

—¿De verdad? ¿Crees que le hace falta después de tener un cuarto entero de ropa? —le dijo Lennox.

Actualmente ya estaríamos en otro país, pero ni enterados estábamos de que iba a cumplir años.

—¡Ya se! —Engelbert se levantó de su asiento gritando, era una manía de él.

—Suéltalo.

—Un diamante único en todo el mundo con bordados de oro que diga su nombre. —habló sentándose.

—Sí, nuestro presupuesto no tiene el mismo que tu Black Card.

El desayuno se basó en nosotros soltando opciones de que podríamos darle a la rubia, pero ninguna opción nos convencía muy aparte de que ya tenía todo en este mundo, collares, pulseras, ropa, flores, cuadros, no sé qué más se puede regalar a las chicas, las únicas chicas a mi alrededor siempre fueron mis madres.

...

NARRADOR OMNISCIENTE

La familia Meyer tenían el atributo de ser conocidos por las fiestas temáticas que sus hijos siempre tienen y este año no iba a ser la excepción, aun llevaban una perdida, pero aun así querían que su única consentida tenga un cumpleaños especial.

La temática de la fiesta era Bratz, una búsqueda lenta para ir con vestimenta referente a este tema, aun así, Audrey y Lennox fueron a buscar su ropa. En el grupo de chicas habían coordinado algunos atuendos, los chicos no le pusieron mucho esfuerzo más que simpleza y elegancia.

Las chicas se terminaban de arreglar en una Van mientras los varones las esperaban.

—¡Apúrense! A ese paso llegaremos a media noche. —gritó Nyle desde afuera.

—Cálmate, el resultado lo valdrá. —le respondió Engelbert con tranquilidad.

La vestimenta de Nyle era un pantalón estilo militar con unos zapatos negros, un polo de manga larga en verde y una camiseta encima en marrón, a él le gustaba y le hacía sentir cómodo.

—Solo promete no tomar más. —le pidió Engelbert a su amigo mientras se tomaba fotos.

Engelbert era aún más sencillo, una camiseta negra apegada a su cuerpo y un pantalón que le quedaba algo holgado del mismo color, con una correa Salvatore Ferragamo, y una cadena en su pantalón con zapatos del mismo color.

Nyle le devolvió la mirada a Engelbert enojado y este le iba a responder hasta que las chicas salieron, pero con un abrigo tapando su vestimenta.

—Solo puedo ver tu carita preciosa pero aun así la ropa que tengas te hará ver más hermosa. —le alagó Nyle a su novia acercándose para darle un beso.

—No amor, arruinaras el brillo labial. —puso su palma de la mano en sus labios para que no se acerque.

—Te ves preciosa. —le alagó Engelbert a la pelinegra que se moría de frio a un lado.