AUDREY STRONG
Eran las nueve de la mañana y estábamos yendo a la casa de mis padres, luego por la noche estaremos en la casa de Nyle, me moría por verlos y que sepan que su hija está brillando por sí misma, no de sus sombras.
—¿De verdad quieres entrar? —me preguntó por quinta vez Nyle.
Le asentí, es ahora o nunca, en algún momento vendría a verlos. Toqué tres veces la puerta y salió Mario a recibirme, se podría decir que es nuestro mayordomo, pero lo hace más por amor a estar aquí, además de que me cuido más el que mis propios padres.
—Señorita Strong. —se lanzó a abrazarme.
—Hola, Marito. —le dije como siempre, desde pequeña lo llamaba así que decirle Mario se me hacía raro. —¿Están mis padres?
—Como todos los fines de semana señorita.
Mario le pidió las maletas a Nyle, pero este lo rechazó. Estaba a un paso de entrar a la sala principal y sentí las manos de mi novio en mi espalda.
—Buenos días señores. —les saludé y ellos me miraron estupefactos al saber que estaba frente a ellos.
Ellos me miraron y siguieron trabajando en sus papeles.
—Señorita siéntese, le traeré desayuno. —me invitó Marito y me senté frente a ellos.
—Estoy aquí, no vengo a pedir disculpas por mi comportamiento antes de que todo esto pase, pero no han sabido de mi vida en un largo tiempo para que asuman que es lo que quiero.
—Tú sabias lo que querías y es estudiar Derecho, pero los amigos que tienes son unos buenos para nada que te metieron esas ideas a la cabeza. —mi papá habló en un tono alto.
—Y aun lo quiero, lo estoy estudiando. —les insistí.
—Si has venido a decirnos cuantos seguidores tienes en una red social te puedes ir por donde viniste. —me miró unos segundos mi madre y esto estaba complicado.
—Tenga señorita, siéntese joven. —Nyle le hiso caso y se puso a mi lado tomando su café.
—¿Y eso que es? —mi papá se quedó mirando a Nyle de arriba abajo.
—Buenos días señores disculpe no quería presentarme e interrumpirlos, soy Nyle novio de su hija, estamos en la misma banda. —se acercó a estrecharles la mano, pero mi mamá solo le echo antibacterial en las manos.
—¿Y qué estudias o que haces?
—Estudio programación. —les contestó con una sonrisa.
—Y encima traes otro inepto a casa, el anterior lo aguantamos, pero este es de esos que se creen capos por teclear unas cosas. —soltó de manera déspota mi padre y esta vez sí me enoje.
Nyle tuvo que atender una llamada y se alejó de la sala.
—¡Caramba! ¿Se puede saber porque mi única nieta no me ha saludado en lugar de discutir con los enfermos de sus padres? —mi abuela vino hacia la mesa y corrí a abrazarla.
Llevé a mi abuela a mi lado, es buena sacando platica y de vez en cuando se unían mis padres, en cuanto liberen esta tensión iré a abrazarlos.
—Princesa ¿Por qué eres pelirroja? Se ve raro, tu abuela tiene la cabeza blanca, debiste nacer así.
—Son canas. —me di una abofeteada en mi cabeza por la tontera que decía.
—Iré a saludarla. ¡Hola abuela! —abrió los brazos con emoción.

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Hechos para ser uno solo
De Todo¿Cómo te imaginaste tu primer día en la universidad? Clases, fiestas, amigos, romances... Hay mucho más que averiguar en esta universidad, y las personas que entrarán lo descubrirán. La Universidad de los Andes, la más prestigiada, no solo por su ed...