NYLE VEGA
La gusana y yo estábamos en una reunión solo los dos de suma importancia, son temas serios que a veces los mejores amigos deben discutir. La verdad cada tanto nos reuníamos para estudiar, no estudiamos lo mismo, pero al menos puedo preguntarle mis dudas. Aún seguíamos estudiando en línea.
—¿Debería usar la de chocolate en mi próximo encuentro? —le pregunté revisando unos papeles.
—A lo mejor y yo use uno de fresa pronto. —me miró picarona.
—Por cierto, la cita está programada dentro de cuatro días. —le avisé mirándola.
—Ya te dije que no tengo nada, Nyle. —se quejó dejando todo a un lado.
Es un chequeo que le planifique para ver su salud, no come, no duerme, tiene clases de baile, se esfuerza demasiado, está haciendo bastante ejercicio, me esta preocupando muchísimo.
—Solo estoy preocupado, un día de estos te me mueres, ¿Qué haría yo? —le pregunté con tristeza.
—Gracias hermanito. —me sonrió con sarcasmo y molestia.
La verdad no sé qué haría sin la gusana, se hiso muy importante, ella siempre escucha sin juzgar, puedes contarle todo sin sentir vergüenza, si la conocen tan bien como yo pone a los demás antes que ella.
—Por cierto, gusana, ¿Qué hiciste cuando te fuiste? —le pregunté cerrando la laptop y dándole mi atención.
Ella recién llegó, no sé dónde estuvo, después de que matara a ese hombre desapareció y volvió aparecer para el show de las modelos, solo la veíamos para los ensayos y ni dormía en casa, me tenía todo el día mordiendo mis uñas.
—¡Aquí estas! —entró Engelbert sonriendo como un picaflor. Es hora del show.
—¿Necesitas algo amigo? —le pregunté sonriéndole a la chica que ni atención le daba.
Engelbert se acercó a la pelinegra y la levantó dándole una vuelta.
—Disculpa la emoción, pero tuve que dar una vuelta en la moto para conseguir el valor suficiente al decir lo que tengo guardado. —le dijo mirándolo a los ojos, no sé cómo Lennox le da tantas vueltas.
—Tienes dos minutos. —le dijo mirando su reloj.
—El tiempo en que no estabas, lo pensé, quiero que tengamos una cita tu y yo mañana por la noche. —le tomó las manos y por un segundo pensaría que se agacharía a pedirle matrimonio.
—Igual saldremos con los chicos, es fin de semana. —le dijo con ironía.
—No, tu y yo a solas. —le susurro en el oído, me acerque como el chismoso que soy. —Es una cita, no una salida, si no puedes, estará bien o si hace frio y no quieres salir, podemos ver una película, o talvez estés cansada y te podre dar unos masajes, dímelo y pago un curso para masajista, ¿Cuánto crees que costara eso? Bueno eso no importa o puedes tu sacar plan, pero ya tengo un plan en mente.
Lennox lo calló apretando sus mejillas, que ganas tendría yo también de callarlo.
—Estaré lista a las siete. —le dijo dando unas palmadas en su pecho.
—¿Eso significa que sí? —me pregunto a mí y le asentí. —Bien, te juro que me pondré guapo para ti, tu no lo necesitas, no es que seas fea, eres hermosa, solo que...creo que debería callarme.
Lennox se rio de lo que hablaba, Engelbert sobre pensaba las cosas muy seguido y está en constante preocupación, hasta suele hablar de más a veces.
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Hechos para ser uno solo
De Todo¿Cómo te imaginaste tu primer día en la universidad? Clases, fiestas, amigos, romances... Hay mucho más que averiguar en esta universidad, y las personas que entrarán lo descubrirán. La Universidad de los Andes, la más prestigiada, no solo por su ed...