ENGELBERT BARROW
Justo entraba al área mágica de batidos, dejé de mirar todo cuando mi mirada choca en esa escena digna de admirar.
Una Lennox pegada al oído de Nyle y este limpiando sus labios. ¿Por qué está limpiando sus labios? ¿Qué tocaron sus labios como para que lo limpie?
¿A quién le importa? Prefiero morir deshidratado que con la duda de que hacían estos dos.
Vaya, cálmate.
— ¿Oigan han visto a Audrey? —No quería decir eso, odio hablar cuando estoy nervioso, cuando ni siquiera debería estar nervioso.
Me sentí aliviado por no decir "¿Por qué están tan cerca? Son esposos o que" mi mente lo llevaba pensando de hace rato.
Cuando me acerqué a ellos parecían más lejos de lo normal, tal vez era el ángulo en el que los había visto. Ni siquiera me interesaba saber en dónde estaba la pelirroja era una excusa para acercarme.
— ¿Dónde más estaría que en su habitación? —me cuestionó Lennox parándose frente a mí.
Le di una última mirada a Nyle, este ni siquiera me miró. ¿Qué le pasa? Nyle siguió sentado sin mirarle y comiendo su pastelito.
Seguía mirando a Nyle para que me devuelva el gesto, gesto que nunca llego. Lennox se inclinó a mí y se alzó de puntitas ya que soy más grande que ella.
—Escríbeme hoy a media noche. —me dijo al oído.
No entendía su juego (ni siquiera sabía si era un juego, si yo era un peón en su tabla de ajedrez que podía hacer conmigo lo que sea) no entendía su actitud conmigo. Ella se estaba yendo, decidí explicar esto a mi manera, fui hacia donde estaba ella tomando su antebrazo, jalándola a un rincón de todo el lugar, paramos en seco causando que ella choque contra mi pecho, para que no se vaya la tomé de la cintura y ella me miro con una ceja alzada.
— ¿Qué le decías a Nyle? —no podía perderme ningún movimiento que hacía, quería usar la psicología y el poder que ella tenía sobre mí.
Soltó una carcajada que estaba a un segundo de reírme con ella por lo contagiosa que es.
—Bert, ¿Yo te pregunto de que hablas con la gente? —me dijo en un tono dulce, cruzando sus brazos en mi cintura como yo lo hacía, sin dejar de mirarme.
Su tacto me ponía nervioso, pero en ella no causaba nada que yo la toque o ella tocarme, le daba absolutamente igual.
—No, pero no se los digo en el oído. —objeté como un crio de ocho años.
—Bueno, no quería que nadie escuche. —se acercó muchísimo más a mí, a unos 10cm de mi rostro.
Relamió sus labios mirando los míos, pero termino apretándolos. Mis manos temblaban talvez ella lo podía notar, siempre que trato de mostrar autoridad o mostrarme como si no me temblaran las pelotas, es ella quien no le tiemblan los ovarios. Es como mis padres.
— ¿Qué es tan privado que no me lo puedes decir, pero a él sí?
— Le dije quién me gusta. Si quieres saberlo escríbeme hoy a media noche. —me miró directamente a los ojos.
¡CARAJO!
— Tengo que ir a bañarme. — al ver que no volvi hablar siguió ella soltándose de mi agarre. — Bye Bert.
Se acercó a mis mejías dejando un beso en ellas. Es demasiado por hoy.
Le gusta alguien, ya no quería asegurar que es un chico. Yo soy un chico.
![](https://img.wattpad.com/cover/237037764-288-k522840.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Hechos para ser uno solo
De Todo¿Cómo te imaginaste tu primer día en la universidad? Clases, fiestas, amigos, romances... Hay mucho más que averiguar en esta universidad, y las personas que entrarán lo descubrirán. La Universidad de los Andes, la más prestigiada, no solo por su ed...