ENGELBERT BARROW
Me preocupaba bastante Lennox, sabía los nervios que tenía, por última vez la miré con la vista en la ventana mordiéndose las uñas de una mano y su otra mano en su pierna mientras sus dedos se movían agitadamente.
Tomé su mano, no me iba a importar que piense, sé que está nerviosa muchísimo más nerviosa que todos aquí de hecho no sabía si era exactamente por el hecho de dejar en las manos de alguien que no tenía que ver la muerte de alguien.
—Todo estará bien. —le susurre mirándola y ella se relajó en el asiento.
El GPS me dio a conocer que ya habíamos llegado, nos detuvimos frente a un edificio y las calles estaban muy oscuras, ni las luces nos llegaban a la vista.
Lennox fue por delante de nosotros, indicándonos el camino, en la llave estaba escrito el número así que fuimos, llegando al tercer piso en el almacén número 44.
El olor a una mezcla de todo me llego a mis fosas nasales. No sabíamos ni dónde ir, no sabíamos ni que hacer, entre todos nos mirábamos.
El almacén era de un verde muy aburrido y oscuro, en una de las esquinas había un colchón y en el otro un sofá que daba directamente a una ventana, luego había bastantes cajas que ninguno pensaba abrir.
—Iré a darme una ducha. —escuchamos a Chloe hablarnos delante de una puerta que se suponía que seria el baño. —Descuiden es solo un baño, es lo que Richard dijo.
Ella se metió con su maleta al baño.
—¿Desde cuándo conoces a Richard? —la respuesta de Audrey nos hizo preguntarnos que tenía que ver en este momento.
Lennox se sentó en el sofá. —Lo conocí el día que Nyle y tu salieron, esa noche hablamos muchísimo en la madrugada.
Espera... esa noche estaba con ella, nos dormimos como a las 2 de la mañana y pensé que ella también se había dormido, pero se quedó hasta tarde hablando con alguien más.
—Oh... ¿enserio? —la miré y ni se porque me importaba con quien hablaba.
Sus labios articularon un 'Lo siento'.
—Ese mismo día me invito al Karaoke, solo cumplí un favor.
—¿De qué clase? —le pregunté sentándome a su lado.
—El necesitaba que fuera su acompañante por esta noche, su padre piensa que él es gay, llevar una chica a la inauguración era un gran desvió.
—¿Fingir ser su novia? —le pregunté.
—Creo a ver dicho acompañante. —me dijo con sarcasmo.
—¿Te pago por ir con él? —me paré del sofá frente a ella para mirarla.
—¿Por qué tendría que pagarme? —ella se paró frente a mi mirándome desafiante. —Lo hice también pensando en ti.
—No haces nada pensando en mí. —negué repentinamente.
—Chicos...
—¿Qué? ¿Qué diablos pasa contigo?
—Pasa que eres una mentirosa conmigo, dices que lo hiciste pensando en mí y aceptaste antes de que tengas el mínimo conocimiento sobre mi cumpleaños.
—Chicos...
—¿Acaso no te divertiste?
—¿Crees que me divertiría ver como casi me besabas y luego fingías ser la novia del humano ese mientras se cantaban y te dedica canciones?

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Hechos para ser uno solo
Sonstiges¿Cómo te imaginaste tu primer día en la universidad? Clases, fiestas, amigos, romances... Hay mucho más que averiguar en esta universidad, y las personas que entrarán lo descubrirán. La Universidad de los Andes, la más prestigiada, no solo por su ed...