ENGELBERT BARROW
Esta podría ser la peor misión para mí, la odiaría toda mi vida, si es que salimos vivos de aquí. Al momento de pisar esta casa, el aire era frio, tenso y daba nauseas, me generaba más síntomas saber que nos distribuiríamos y me causaba nervios ver la cara llena de odio de Lennox, no es la misma que está conmigo todas las noches y a la mañana siguiente nos contamos nuestros sueños con un tazón de yogurt con cereal.
Su mirada cambiaba completamente, pero me gustaba y no se quien estaba más enfermo, si ella por disfrutar matarlos o yo por disfrutar ver como los mata.
—Engelbert, comunícate con Nyle. —iba a ponerme el intercomunicador para hablarle hasta que un cuerpo me empujó contra la pared haciendo caer mi intercomunicador.
En lugar de nosotros encontrarlos, ellos nos encontraron primero, sabíamos que con esta acción el plan había perdido equilibrio. Alguien se puso detrás mío colocándome un arma en la cabeza, mi cuerpo se tensó inmediatamente, siempre somos los que apuntamos, no ellos a nosotros.
Lennox en su instinto reaccionó sacando dos armas, apuntando uno al hombre que me sostenía y a otro que estaba a unos metros apuntándole, aun así, no le temblaba la mano y su mirada estaba muy fija en mí, sabía que quería comunicarse a través de ello.
—¿Vas a dispararle? Porque me cansaría los brazos estar así por más de cinco minutos. —ella ni los miraba y su tono no me revelaba sus emociones.
—¿Quieres que mate a tu noviecito? —el señor que estaba detrás de mi presionó más el arma y ya sentía el pánico.
—Si lo tienes apuntando, hazlo. ¿O no sabes cómo activar el gatillo? Deja te enseño. —su tono era demasiado seguro que hacía que se me ponga la piel de gallina, ella con una mano activó el gatillo que apuntaba al otro hombre. —Así es como se hace.
—¿No tienes miedo? —el señor hablaba en mi odio y me ponía muy nervioso.
—Miedo es el que demuestras tu por hacerme platica en lugar de dispararle, no me da miedo ver su cuerpo sin vida, lo haces tú o lo hago yo. —dejó de apuntarle al señor para apuntarme a mí.
Todo pasó a ser de fantasía cuando me soltaron tirándome a sus pies, cuando un hombre salió detrás de ella haciendo que esta vez la agarren a ella. Mierda...
Yo no podía usar el mismo juego mental que usa ella, no tengo esa fuerza mental.
—Tu eres más manipulable. —me habló el más gordo de ellos.
Por favor que no me pidan decirle donde lo ocultamos.
Ya habíamos escondido en un cuarto al padre, habíamos entrado por atrás antes los dos, esto no estaba en el plan, pero estos no es que sean los más listos para saber ocultarlo.
—¿Dónde lo han llevado? —me gritó en la cara un hombre haciéndome temblar.
Mi mirada buscaba la de ella para darme seguridad y que me diga que hacer o que decir, pero todo estaba oscuro y lo único claro en mi mente es en donde metimos al padre de Audrey.
—¿Vas hablar ahora o prefieres que primero matemos a tu novia para que luego abras la boca? —seguían gritándome y esto haría que en cualquier momento explotara.
Escuché una corta queja de dolor de Lennox así mismo ver su cuerpo caer y sabía que esto sería grave.
—Así que prefieres ver como matamos a tu novia antes que a tu suegro. —seguían hablando en cada oído y me volvía loco.
Sabíamos que el plan en cierta parte funcionó, nos confundieron, se creyeron que éramos Nyle y Audrey. Veía a Lennox en el piso intentando pararse, pero un hombre la pisaba, quesera tanto cambiar de lugar con ella ahora.
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Hechos para ser uno solo
Random¿Cómo te imaginaste tu primer día en la universidad? Clases, fiestas, amigos, romances... Hay mucho más que averiguar en esta universidad, y las personas que entrarán lo descubrirán. La Universidad de los Andes, la más prestigiada, no solo por su ed...