Hechos para ser uno solo

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CHLOE MEYER

Lo último que recuerdo es que antes de ir a dormir me dijeron que nos veríamos en la plaza central con el cambio de Look a las 4pm. Toda la mañana me la pase en la peluquería, comprando ropa, mis padres ni me hablaron, cuando insultas el orgullo de mis padres, desapareces de su mapa terrestre. Me miré una vez más en el espejo luciendo como lo que soy una bomba maravillosa.

Al llegar a la plaza, solo vi alguien sentado con un celular haciendo llamadas y con bolsas aparte.

—Hola, Barbie. —me saludó, lo mire confundida. —¿No me reconoces? Soy tu mejor amigo.

Lo mire sorprendida, su peinado es diferente, su cabello es lacio y lo traía para adelante, me gustaba su cabello rizado. Su estilo en este momento se me hacía muy dark, aun así no perdía la elegancia, se ve muy diferente.

De un momento llegó Audrey con Nyle, ella me miraba con la boca abierta.

—¡Me encanta tu cabello! —me gritó en el oído mientras me abrazaba.

Mi cabello tenía en las puntas rosa con ondulaciones, siempre lo quise así, mi madre no me lo permitía solo porque no quería que se dañe Miré a Nyle que parecía que combinan su outfits. El cabello de Nyle tenía un pequeño alzado al frente y su arete en la oreja me gustaba. Su estilo de los dos es elegante pero casual, ella se veía hermosa con su cabello lacio, esta vez se lo dejo lacio.

—¿Pueden llamar a Lennox? —les dije.

Ha pasado media hora y la chica no viene. Engelbert la llamó y esta le contesto que lo mejor siempre se hace esperar. Tan altanera como siempre. Apenas cortó la llamada, un auto estacionó frente a nosotros dejándonos ver a semejante mujer bajando pierna por pierna. Una chica con lentes oscuros, cabello largo y cerquillo de piernas largas nos sonrió de medio lado.

Lennox tenía una camiseta de mangas largas en negro, una falda corta con correa con estampado de rayas, con botas negras largas y un abrigo negro, se levantó los lentes y nos miró a todos, con cambio creo que nos referíamos a un corte de cabello, mi ropa había cambiado por algo más colorido y rosado. Ella era el ejemplo de bad girl de libro.

—¿No me reciben con aplausos y un beso en la mano? —nos dijo a todos.

Engelbert se acercó a ella besando su mano con anillos, ella le sonrió, pero no le dijo nada ¿De qué me perdí?

—Vayamos al auto. —habló Engelbert sacando su celular.

—Antes tengo que ir a un lugar. —avisó Lennox a lo que asentimos.

Dentro de un rato de camino, llegamos a este lugar donde sabemos que es, el internado donde ella estuvo, se veía como una casa antigua o de Alemania. Cada pisada que daba esta mujer era segura. Llegamos a la entrada donde había dos guardias.

—Llama a la madre Teresa. —le ordenó a uno de ellos.

—¿Quién eres? —le respondió este mirándola de arriba abajo.

Ella se descubrió los lentes dejando ver sus ojos profundos. Uno de ellos le sonrió y se metió mientras esperábamos a un lado.

—Hablé con el abogado de Richard y ya le dejé los autos. —ella dijo que se encargaría de devolverle esos autos, no nos llevaríamos mucho de aquí, solo teníamos el auto donde está todo nuestro equipaje, ese lo dejaremos en el aeropuerto para que vengan por él.

—¡Lennox! —se abalanzó una chica a Lennox abrazándola, ella la apartó con molestia.

—Solicito ver a mi hermana. —le dijo fijándose en la monja que hay en la puerta.