036

9 4 9
                                        


AUDREY STRONG

Todo este ajetreo me está volviendo loca, estoy en el auto esperando a que mi novio entre y largarnos. Se estuvo cambiando mientras compraba algunas cosas, recién entró, pero ya me quiero ir. Me bajé, dejé cerrado todo y me acerqué en la sección de higiene para comprar un desinfectante, aun siento que tengo su sangre podrida en mis manos.

Antes de irme, pasé por la sección donde había variedades de preservativos, agarré dos de los que para mí se veían mejores. Me acerqué a la caja no sin antes de ver al baño que él no salía.

—¿Me podría dar un autógrafo? —me dijo la chica de la caja. No creo que lo mejor sea firmar autógrafos mientras compro condones de sabores.

—Ah...sí. —me notaba nerviosa, ella aún no ve lo que estoy comprando.

Le firme en un papel y me tomo una foto ahí parada con los condones en la mano, me quede helada y estaba pensando en irme y dejar a Nyle, maldito Nyle acaso está cociendo su ropa ¿O qué?

La cajera me vio con una cara pervertida, ¿Por qué siguen poniendo esas caras cuando ven a alguien común comprando eso? Como si pedir condones es de otro mundo, la cajera siguió hablando de lo fan que era y lo agradecía cada palabra, pero era algo incómodo. Me Salí y me subí al auto.

Me miré en el espejo, me puse bálsamo en los labios, me quité la camisa de jeans quedándome en una camiseta de tiras, alcé mis tetas dejándolas provocar, ya está iba a tener sexo esta noche y Nyle se demora mucho. Espere otros cinco minutos mientras veía hoteles cerca.

—Ya estoy princesa. —apareció Nyle metiéndose al auto.

No respondí y solo me lancé a él besándolo, el recibió gustosamente mis labios, su lengua se introdujo en mi jugando, él se rio un poco y me separé mientras él me mordía el labio.

—Lo quiero hacer. —le dije y él me miro confundido, pero me mordí el labio. —Ahora.

Él me sonrió antes de darme un beso y aceleró el auto en el máximo, el hotel más cerca está a 20 minutos, es demasiado. Quería abrir la ventana para que me de aire y poder calmarme un poco.

—No lo abras porque si no, nos verán princesa. —giró hacia mí y me guiñó.

Nyle era perfecto, sus facciones varoniles, sus labios, sus cejas gruesas, su cabello marrón y ojos del mismo color, su piel bronce, pero clara era mi debilidad. Se veía tan tentadora y lo único que quería era montarme en él.

Giré viendo si se apuraba, pero lo vi lamiendo dos de sus dedos y acercándolos a mi parte, apartó mi falda y mi ropa interior frotando esa zona hinchada deseosa de él. Si eso podía hacer con los dedos, ya quiero sentirlo cuerpo a cuerpo. Mi cabeza se dejó caer y le di entrada libre.

—Quiero escucharte gemir, princesa. Estas provocándome y cuanto estemos a cuatro paredes vas a tener consecuencias. —su respiración se había acelerado y se notaba excitado, miré su pantalón y un bulto crecía, lo cual me ponía aún más.

—No será castigo si yo lo disfrutare. —le dije entre jadeos.

Quité su mano bruscamente y me acomodé, el me miró confundido, pero yo quería otra acción, lo acaricié por encima del pantalón, con una mano desabrochó su botón metiendo su mano con la mía masturbándole, el hacia lo posible por mantener sus ojos en el camino y yo quería parar esto para subirme encima de él. Me toqué con mi otra mano.

Detuvo mi mano acomodándose el pantalón y habíamos llegado al estacionamiento del hotel, acomode mi ropa y lleve la camisa jeans tirándosela para que se lo amarre, lo seguí mientras lo miraba con mi cara de inocente, nos acercamos al mostrador y bostecé solo para provocarlo, me jaló de la cintura hacia él. Subimos en el ascensor cuando este se abrió me cargo en sus brazos pasando a la habitación, me tiró en la cama y se paró frente a mi quitándose la playera, una imagen tan placentera para mí.

Hechos para ser uno soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora