045

14 4 1
                                    

LENNOX HARÍ

Me imaginaba su cuerpo temblado con cada paso que daba hacia mí y eso lo hacía ver atractivo, los chicos con los que me tope siempre buscaban intimidarme, pero con él, yo era la razón de sus nervios.

—Buenas noches. —lo saludé apenas se puso frente a mí. —Te ves hermoso.

—Te vez preciosa, bae. —me sonrió dulcemente tomando mi mano para dejar un beso haciendo estremecer mi cuerpo.

—Toma asiento.

Le dije y me senté frente a él, mandé a que lo saquen todo el día, planee todo esto hace como dos semanas sin dormir para que no salga nada malo. Había pasado toda la tarde cocinando sus comidas favoritas, hasta le hice un postre tradicional de Turquía, decoré el jardín de esta casa con luces, música de ambiente, esta noche sería la más romántica que él y yo tendremos en nuestras vidas.

—Todo está muy delicioso. —me dijo nuevamente.

No podía dejar de mirarlo, llevaba un traje negro que lo hacía ver aún más lindo, su corbata color vino combinaba con mi conjunto del mismo color. Últimamente hace eso, combina su ropa con la que yo usaré.

—Haces que me sienta especial si haces estas cosas por mí. —me dijo mirándome a los ojos.

—Siéntete así, nunca hice nada de lo que pasara esta noche por alguien.

Esta noche iba a tocar mi corazón, Engelbert es mi amigo y espero que después de esto, nada cambie entre los dos.

Si creo que me esforcé, quise que se sintiera cómodo, es lo que se merece, él se merece el mundo entero y yo le podría dar un mínimo al menos.

—¿Me quieres? —le pregunté echando cenizas a lo muerto.

—Te quiero mucho. —sus ojos no me mentían, sus ojos nunca me mentirían.

—¿Estás enamorado de mí?

—Estoy enamorado de ti hasta los huesos.

Tenía un chico perfecto frente a mí, pero si algo me caracteriza es cagar lo que toco, no sin antes disfrutármelo al menos.

Después de como veinte minutos en los que solo estuvimos hablando, riendo y siendo nosotros mismos la comida desapareció de nuestros platos

Me había esforzado en hacer una playlist con música para esta noche, será larga. Escuché Diamonds-Rihanna y me levanté a extenderle mi mano para que baile conmigo un poco y calmar asperezas.

Esto parecía un Vals y yo solo podía cantar sobre sus labios, solo él y yo con toda la oscuridad que tengo dentro de mí, sabía que estaba jodida cuando no podía estar cerca de el sin desear sus labios, sus toques, sus abrazos, sus palabras, esto estaba mal, me había obsesionado con él, lo más difícil sería dejarlo.

—Bert, yo...—ni siquiera podía aclarar mis sentimientos.

No voy a mentir, me gusta, me gusta demasiado, pero es como si fuera un perro que vi en la calle y me gusto, es como un juguete en una estantería que me gustó, es como un color que me gusta, es el verdadero significado de un "Me gustas" él estaba enamorado de mí y el solo me gustaba, era un gusto que después de un tiempo se me iría. No lo quiero y no quiero pintarle pájaros ni ilusionarlo, no siento lo mismo que él.

—No digas nada. —se acercó a mí y me besó en cuanto acabó la música.

Era el momento perfecto, sus besos eran dulces, pero no quiero eso, si mi abstinencia pasaba de esta noche, me descontrolaría. Mis besos fueron más intensos, mordí sus labios hasta hacerlos sangrar, su sangre combinada con su saliva era deliciosa, me alejé y le sonreí.

Hechos para ser uno soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora