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CHLOE MEYER

Una semana había pasado, a Audrey aun le cuesta un poco soltar más de 4 palabras con nosotros, hemos cancelado presentaciones, entrevistas y todo para que ella pueda descansar y que sepa que nos tiene a nosotros.

—¿Saben que me falta para estar agradecido? —preguntó Engelbert interrumpiendo lo que estábamos hablando.

—Té. —dijo Lennox comiendo su ensalada, mire a mi lado donde ella estaba sentada y no me devolvió la mirada. —Le he visto tomar más té que agua desde que lo conozco.

—Exacto, iré por él. —vi que se levantó emocionado a ir por su bebida.

—Audrey ya se está demorando mucho, ya acabamos de comer y nada que baja. —vi como Nyle comía lento desde que paso todo esto, solo con la esperanza de esperarla y comer con ella, el seguía paseando la pasta de su plato. —Le subiré su comida de nuevo.

Creo que los dos la estaban pasando mal, a él se le notaba que descansaba poco y los primeros tres días cuando Audrey se rechazaba a su contacto, lo vi varias veces durmiendo en la puerta de su cuarto y corría hacia dentro cuando escuchaba el llanto desconsolado de la pelirroja. Actualmente sé que duerme poco y está muy al contacto con nuestro manager y haciendo que grabemos videos ante las redes sociales para no quedar en el olvido cuando apenas estamos tocando la cima.

—¡Chloe! —me despertó una voz recordando nuestra última semana. —Pásame un poco de refresco para llevarle.

—Mejor llévale un poco de este manjar. —vi a Engelbert con una fina taza que solo él podía usar ya que su madre se la envió, con un té algo rojo que hasta ahora nadie probó.

—No es necesario. —escuche su voz.

Una linda pelirroja, con su cabello lacio, se le notaba un poco de bloqueador, labial, un poco de mascara de pestañas, vestida un lindo conjunto deportivo de un short negro con unas franjas blancas, una camiseta simple blanca, zapatillas de mismo color que su short, y una gorra negra con una mochila del mismo color. Pocas veces la vi usando mucho negro en su vestimenta y creo que la única vez que la vi es en el entierro de este.

—Hola mi amor. —volvió a hablar saludando a Nyle.

—¿Fosforita? —le pregunto extrañado mirándola.

—¿Cómo están todos? —nos preguntó a todos con un mal esfuerzo de una sonrisa.

—Estas muy linda. —le dijo Lennox mirándola fijamente.

Se sentó y tomo un poco del vaso que le sirvieron.

—Esta delicioso, lo siento por demorar tanto, me di un baño y me arreglé. —Se puso a comer haciendo los sonidos tiernos que siempre hace cuando come algo que le gusta mucho. —¿Qué día nos tocaba ensayos?

—Debieron empezar desde ayer.

—Buenos, acabando estaría lista para empezarlos. —nos dijo sonriéndonos a todos.

Entre todos nos vimos las caras extrañados, hoy en el desayuno ni nos quería ver y ahora hasta se arregló. Aun así, es algo positivo y espero que no se esté forzando porque tenemos pendientes.

—Chiquita, si aún no te sientes bien, te puedo preparar un té que me mando mi madre recién y allá en Turquía lo tomamos mucho, te hará mejor. —se sentó a su lado Engelbert tomándole la mano.

—No me puedo hundir todo el día en mi habitación, muchas gracias por la paciencia que han tenido conmigo esta semana, y ante ustedes quería pedir disculpas por que ustedes presenciaron mi mal acto. —Nos miró dejando su comida y regalándonos ese brillo tan lindo de sus ojos. —Lo siento Nyle, no debí portarme como me porté, fui una grosera y no tengo justificación para eso.

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⏰ Última actualización: May 30, 2023 ⏰

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