Las alas de la libertad

La verdad

- Me gustaría responder a su pregunta, pero no tengo recuerdos del pasado. Mi vida se reinició cuando tenía 15 años. Así que puede ser posible o tal vez no. – pronuncié.

- Tn, ¿Qué es lo que acabas de decir? – preguntó J-hope desde atrás de mí.

- No es un secreto. Mi padre me dijo que cuando cumplí 15 años me ahogué en un lago. Después de ese día no tengo recuerdos del pasado. – en ese momento el rey me miró fijamente.

- ¿por qué no me lo contaste? – J-hope llegó hasta a mí y acarició mi cabeza ligeramente.

- Tampoco es importante. – pronuncié. Aún conservaba los recuerdos de mi otra vida y si pudiera desearía olvidarlos completamente.

- Lo es, es tu vida y no la recuerdas. – los ojos de J-hope aún me estaban mirando fijamente. – Que lo trae por aquí, su majestad. – se inclinó hacia él y después lo invitó a pesar dentro. Me marché de allí y después me fui hacia fuera, junto donde estaban aquellas jóvenes. Iba a hacerlo, cuando vi a Flora correr.

- Flora. – pronuncié tras atrapar su brazo. - ¿Estás bien? – pregunté.

- Sí, estoy bien. – al pararme a su lado pude ver a Lay parado en frente de ella. Parecía un lobo a punto de ir a por su presa.

- Suga hablemos. ¿Por qué no va con el resto de las chicas?

- Ellas se fueron a casa. Era tarde. – en ese momento supe que había acertado en llamar a Suga – debería de regresar también. – me acerqué a Suga por lo que comenzamos a caminar.

- Así que Flora llamó tu atención. – pronuncié.

- Solo quería hablar con ella.

- Sí, pero la asustaste. Tu actitud es un poco agresiva.

- ¿Usted también se sintió así?

- No, pero no puedo negar que cuando te vi pensé que debería tener cuidado contigo.

- Usted también me dio esa impresión y pude ver que no me equivocaba, subestimarla es un grave error.

- Entonces supongo que si algún día le digo que luche conmigo. ¿Lo hará?

- Tal vez, aunque por el momento no. Tengo cosas de las que ocuparme.

- Gracias por haberte librado de ellas.