- ¿Qué ocurre, Namjoon? – en ese momento titubeo si hablar o no al estar yo presente.
- No se preocupe por mí, yo ya había terminado.
- No, puede decir lo que sea delante de ti.
- Majestad es sobre aquel tema. – podía notar como intentaba ser discreto.
- Supongo que por hoy deberé de ausentarme. – expresó tras levantarse del asiento y marcharse del comedor.
- ¿Qué será eso que oculta? – me levanté del asiento y me dirigí hacia el despacho de J-hope.
- ¿Ya comiste? – preguntó tras mirarme por un segundo, después volvió su mirada hacia esos documentos.
- Sí, sabes si J-hope tiene una clase de secreto o algo. – pregunté antes de sentarme.
- Desde que era pequeño sufre de una enfermedad, su cuerpo se llena de rojeces, que terminan picando por todo su cuerpo.
- ¿Y no saben qué es? – pregunté.
- No. – pronunció tras unos segundos.
- Supongo que tendremos que estar atentos.
- No crees que te preocupas demasiado por él. – se acercó hasta aquel sofá y después acarició mi rostro.
- No más de lo normal. Por cierto, hoy había marisco en la cena.
- Y por tu cara parece que no te gustó. – pronunció tras sonreír.
- Pues la verdad es que no. – pronuncié mientras que lo miraba.
- Supongo que será una comida que habrá que suprimir-
- ¿Por qué? Puedes comerla si te gusta, el rey parecía disfrutar de ellas. – en ese momento caí en la cuenta.
- Tengo que hacer algo. ¿Nos vemos más tarde? – pronuncié.
- Claro. ¿Aunque qué es eso que tienes que hacer? Espero que no sea coger una espada.
- No, es otra cosa. – en ese momento me levanté de allí y fui directa hacia la biblioteca, cuando comencé a escuchar un ruido en el cuarto del rey. Sin pensarlo toqué la puerta y después entré. Su cuerpo estaba completamente repleto de ronchas, estaba rojizas y él parecía estar pasándolo mal.
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Las alas de la libertad
FanficTn, una chica que al abrir sus ojos se da cuenta de que ha renacido como una niña de una época de hace mucho tiempo. ¿La edad media? ¿Tal vez antes? ¿Tal vez después? Eso no parecía importar, no hasta que se da cuenta de que en ese mundo, la mujer...