Toqué la puerta y entré. Ni siquiera me esperé a que me diera el permiso.
- ¿Qué haces aquí? – preguntó tras mirarme con cierto desprecio en sus ojos.
- Vengo en son de paz. Hagamos una tregua. Supongo que no habrás comido nada. Así que traje algo de cenar. – pronuncié tras acercarme a la mesa y dejar aquello, después me acerqué al escritorio y miré por encima todo aquel jaleo. Me miró ligeramente y después se acercó a coger aquella comida.
- Tae me contó sobre tu proposición.
- Supongo que se negará.
- La aceptará. Le dije que lo hiciera, que yo estaría a salvo contigo y qué era una gran oportunidad. Además, si te sirve a ti, me servirá a mí, pero con la diferencia de que tendrá más cargo.
- Por cierto, ¿Qué haces así vestida? – pronunció tras mirar cómo iba en camisón.
- Sabes, lo subestime, es realmente cómodo. – pronuncié tras sentarme en frente de él.
- Ese no es el punto.
- ¿Es demasiado revelador? - pues si supieras lo que llevamos en mi época te mueres.
- No te muestres a nadie así. – no iba a meter leña, diciéndole que había estado así delante de Tae. – Otra cosa, hablé con Jimin. Al parecer lo echaste injustamente del despacho. – arqueó su ceja y después me miró con advertencia, como si dijera que, si seguía hablando de eso, jugaría con fuego.
- No me mires así. Solo te gasté una broma. No me gusta Jimin. – me levanté y después me puse detrás de él, llevé mis manos hacia su pecho y me incliné hacia él. – No pensarás que te traicionaré. – en ese momento agarró mi mano y me llevó hasta él. Me senté en sus piernas y después me miró fijamente.
- Como quieres que crea en tus palabras. - sus ojos me miraban como si deseará meterse en mi cabeza.
- ¿De verdad crees que besaría a otro? ¿Qué sería tan fácil para otro? – pregunté tras arquear mi ceja y mirarlo.
- ¿Entonces porque...?
- Sabes, quiero hablar sobre eso. Lo hice por una razón, pero quiero que sepas que una mujer está en todo su derecho de decir que no. Tal vez, tenga miedo, tal vez no quiera hacer el amor en ese momento, tal vez no quiera ser besada, tal vez no quiera ser tocada en ese momento. ¿Lo entiendes? Si digo que no, no es porque odie que me toques, tal vez no es el momento, tal vez no quiera, tal vez muchas razones. ¿Me respetarás? Esto es de dos. – sabía que aquello iba contra todo lo que le habían enseñado, pero no era un objeto e iba hacer que me valorara no solo como guerrera, sino también como mujer.
- Vale, pero me enfurecí cuando nombraste a Jimin y para colmo me separaste de ti
- Lo hice, porque en ese momento lo único que estaba en tu cabeza era señalarme, que supiera que era tuya. Y no soy más que de mí misma. No soy un objeto que puedas mostrar a los demás y segundo, no estaría bien visto que tuviera una marca, ya que no estamos casados. – pronuncié tras levantar mi mano hacia él y acariciar su cabello. – No quiero rumores, ni que piensen que soy una fresca.
- Lo siento, fue mi culpa. No pensé en ti, solo pensé en lo que sentía en ese momento. – pronunció tras tocar mi rostro.
- ¿Crees que eso será suficiente? – pregunté con una mueca.
- ¿Qué es lo que quieres para perdonarme? Pide lo que sea, te lo concederé.
- ¿Lo que sea? - en mi cabeza apareció un montón de opciones, y cada una me gustaba más que la anterior.
- Sí, antes de que me arrepienta. – pronunció.
- Cierra los ojos. – pronuncié.
Parecía desconfiado, pero al final accedió, se me ocurría tantas cosas por hacer, pero estaba en aquel lugar y algunas no eran adecuadas. Me incliné hacia él hasta que llegué hasta su odio.
- Promete que estarás conmigo hasta el fin del mundo. – En ese momento, abrió los ojos y me abrazó con fuerza.
- Lo prometo.
- Bien, entonces yo te seré fiel y leal hasta que el final de mis días. – no sabía porque, pero sentía que estaba en casa. – Te dejaré trabajar. – pronuncié tras levantarme de encima de sus piernas.
- ¿Puedes quedarte un rato? – pronunció mientras que agarraba la mano.
- Claro. - Me senté en el sillón mientras que lo observaba trabajar, después de eso, me quedé dormida.
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Las alas de la libertad
FanfictionTn, una chica que al abrir sus ojos se da cuenta de que ha renacido como una niña de una época de hace mucho tiempo. ¿La edad media? ¿Tal vez antes? ¿Tal vez después? Eso no parecía importar, no hasta que se da cuenta de que en ese mundo, la mujer...