Aún recordaba la noche anterior y como había tenido que encargarme de aquello, sin duda no debería de haberme dejado de aquella manera, pero iba a vengarme, solo me quedaba planear cuando. Miré por la ventana y aunque era temprano, decidí levantarme y vestirme.Comencé a caminar por aquellos pasillos, no pude evitar posar mis ojos en aquel pasillo, el mismo en el que ayer estaba repleto de sangre, de cuerpos, ahora estaba completamente limpió. Caminé hacia el despacho de Hoseok, pero cuando entré en el interior no había nadie, por lo que supuse que aún estaría en su cuarto. Sin duda se me había ocurrido como molestarlo y a la vez como obtener mi deseada venganza.
Abrí sigilosamente su cuarto y lo miré por un segundo. La ventana estaba tapada con una cortina, aunque la luz luchaba por entrar al interior, cosa notable ya que había un poco de luz iluminando la cama. Me acerqué a esta y me quedé observando su rostro.
- Tan hermoso. – levanté mi mano hacia su rostro y después lo acaricié gentilmente. Me tumbé a su lado y después miré al techo. – Cuando nos casemos, ¿Amaneceremos así todos los días? – No podía evitar preguntarme todo aquello, nunca había estado casada antes, ni siquiera hubiera pensado en eso. Sin embargo, ahora era algo que deseaba.
- ¿Es un sueño? – pronunció tras alargar su mano hacia a mí.
- Mmm... no, vine porque quería verte. – pronuncié tras mirarlo.
- Tn, ¿Qué haces aquí? – se incorporó rápidamente por lo que la sabana cayó, dejándome ver todo su torso denudo, sin duda no pude más que recordar la noche anterior.
- Así que duermes desnudo. – mis ojos lo volvieron a mirar detenidamente, cuando se cubrió. – En este mundo soy yo la pervertida. – pensé y después reí ligeramente.
- ¿De qué te ríes? – preguntó tras mirarme.
- De tu forma de actuar. Solo quería verte, así que vine a tu cuarto al ver que no estabas en el despacho.
- ¿Qué hora es? – fue a levantarse cuando lo frené.
- Aún es pronto. No tienes de que preocuparte. Todas las cosas que tienes que hacer estarán dentro de media hora.
- ¿Por qué querías verme? – pronunció tras tumbarse, sin pensarlo demasiado me moví más cerca de él, por lo que me abrazó.
- ¿Debo tener una razón? – pregunté tras acurrucarme en él. – Solo quería verte, no tengo razones. Por cierto, ¿Cómo hiciste anoche para que se fueran tan rápido?
- Dije que te encontrabas mal, pero para que accedieran rápido propuse que esta tarde vinieran a tomar el té.
- ¿Estás de broma no? – me senté en la cama y después lo miré.
- No, deberás de ponerte otra vez uno de esos vestidos. – sonrió ligeramente ante aquel comentario. – Por cierto, arruinaste tu vestido de anoche.
- Fue el hombre que me atacó, además luchar con un vestido así es realmente incómodo. Apenas podía moverme.
- Ya veo, por eso acabaste en ropa interior.
- Eso son solo pequeños detalles. – pronuncié tras abrazarlo. – Dime, ¿Qué es lo que piensas hacer con lo de Jin? – pregunté.
- ¿Desde cuándo sois tan cercanos? – me agarró y después me acercó hacia él.
- Él me dijo que lo llamara por su nombre.
- Recuerdo que yo también dije eso y sabes, aún sigo escuchando la palabra duque salir de tu boca.
- Y lo seguirás escuchando. – respondí con una mueca.
- ¿Y si no te dejó marchar hasta que no lo digas?
- Será una buena táctica, pero recuerda que el único que huyo anoche, fuiste tú. – levanté mi mano y toqué su nariz ligeramente. Me soltó y después miró al techo.
- No pasará nada hasta después de la boda. – pronunció.
- Bien, ¿Entonces cuando será la boda? No te demores mucho.
- ¿Tantas ganas tienes de casarte conmigo? – preguntó tras mirarme.
- Sí. – no iba a negar que quería casarme con él, que quería ser duquesa,no por nombre, no por mí, sino por él.
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Las alas de la libertad
FanfictionTn, una chica que al abrir sus ojos se da cuenta de que ha renacido como una niña de una época de hace mucho tiempo. ¿La edad media? ¿Tal vez antes? ¿Tal vez después? Eso no parecía importar, no hasta que se da cuenta de que en ese mundo, la mujer...