Acepta, Tae

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Esperaba poder hablar con Hoseok para aclarar aquel malentendido, cuando llegó Tae a mi cuarto.

- ¿Cómo te encuentras? – preguntó tras mirarme.

- Bien. – me metí detrás del biombo y me cambié de ropa y me puse un camisón. – Esto está mucho mejor. Me tumbé en la cama por lo que él se sentó en ella.

- ¿Dónde estuviste? – preguntó tras mirarme ligeramente.

- En un acantilado. Se veía el mar y era precioso. Tae, no vamos a regresar a casa. 

- Tengo algo que decirte de eso. – expresó tras mirarme.

- ¿El que? - pregunté un tanto intrigada.

- Tú primero. – pronunció.

- Voy a casarme con Hoseok. Así podremos vivir en este lugar.

- Por eso me ofreció el puesto. Quería que me separara de ti, menos mal que aún no lo acepté.

- ¿De qué hablas? – lo miré intentando entender sus palabras.

- Me ofreció ser el conde del norte.

- Es genial. – pronuncié, aunque sentía dolor por tener que dejarle.

- No pienso aceptar, juré protegerte.

- Tae, mírame. Acepta. Te ascenderán y serás parte del círculo cercano al duque, estaremos juntos, pero eso es mejor para ti. Por favor no lo rechaces. Es la forma más segura de confirmar nuestro contrario. Serás mi caballero. – agarré su rostro y después junté mi cabeza con la suya.

- Yo debo permanecer contigo.

- Y lo harás, pero de una manera diferente. No pierdas esta oportunidad, yo estaré casada con el duque, ya acepté su propuesta. No puedo echarme para atrás. – en ese momento tomó mis manos y después me abrazó.

- Cuando el castillo se termine de construir me iré.

- Iré a visitarte muy seguido lo prometo. Por ahora, disfrutemos de nuestro tiempo. – me besó en la cabeza y después se marchó del cuarto. No quería de separarme de alguien que era mi hermano, pero era lo mejor para él. 

Ya era tarde, cuando pensé en ir al cuarto de Hoseok para hablar con él. Sin embargo, al pasar por el despecho me di cuenta de que aún estaba allí, por lo que supuse que no habría cenado. Bajé a la cocina y preparé algo rápido con aquellos ingredientes y después subí a su despacho. 

Las alas de la libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora