Las alas de la libertad

¿El bosque del norte?

- Duquesa. – se inclinó por lo que agarré al rey para que se levantará.

- Podrías acompañar a las damas mientras que acompaño al rey.

- Puedo...

- No, lo haré yo. Es que no las aguanto más. – pronuncié mientras que inclinaba hacia él. Fue hacia ella, por lo que agarré el brazo del rey y caminé por el jardín.

- ¿Qué es lo que hace aquí, su majestad?

- Acordamos que me llamarías por mi nombre. – dio un paso hacia a mí y después me miró.

- Está bien, porque no regresaste al palacio.

- Porque hay alguien que me quiere muerto y pondré mi vida en vuestras manos. En tus manos, hablé a mi padre de un soldado, de alguien que era implacable, pero que no podía venir al castillo y por esa razón sería yo él que iría a él.

- No puedo protegerte, no puedo...

- Nadie sabrá que se trata de ti. – terminó poniéndose en frente de mí y alzó su mano hacia mi rostro.

- Su majestad, esto es inapropiado. – retrocedí cuando acarició mi mano y agarró mi mano. – Ojalá nos hubiéramos conocido antes de aquella noche.

- Pero no fue así. El destino deseo que yo conociera a J-hope.

- Si, pero el destino puede estar equivocado.

- Jin, amo a J-hope. Así que por favor paré con esto. No quiero traicionarlo.

- Seguir a tu corazón no es traicionarlo.

- No nos conocemos. Te llevaré ante él. –

- No puedo evitar envidiarlo. – en ese momento me detuve.

- No lo haga, estoy segura de que allí fuera hay una persona deseando estar a tu lado. – seguí caminando por lo que me siguió.

- Hay algo que quise preguntarte desde anoche. – pronunció tras entrar al castillo.

- ¿Qué es lo que quieres preguntarme? – lo miré y tomé la puerta del despacho de J-hope.

- ¿Alguna vez te has perdido por el bosque del norte? – preguntó tras mirarme.