Maratón de "SIAMQ" 2/5
El frío me golpea apenas entro a la tienda de comida que ahora se que su nombre es "Blues". He venido aquí dos veces contadas. La primera fue casualidad y la segunda por que sentí culpabilidad al duplicar el trabajo de Asher con mis empapadas prendas de vestir. El día había transcurrido como se ha vuelto costumbre. Es cierto que preferiría que se perdieran de mi vida y me dejaran sola, pero debo admitir que estoy empezando a acostumbrarme a su compañía, lo que me causa cierto miedo. Me juré a mí misma que no volvería a confiar tan abiertamente en ninguna persona ni adaptarme a ninguna clase de compañía, pero con ellos me es imposible no hacerlo. Y por más que intente alejarlos sus personalidades son tan complejas y difíciles de decifrar haciéndolo más complicado.
Al finalizar las clases mientras recogía mis pertenencias un adormecido August se introdujo al aula recordando que hoy Asher tenía turno en el establecimiento Blues por lo que August dijo que lo acompañaría. Su información no causó ninguna impresión en mí así que como si nada caminé para irme a mi casa, pero el brazo de Asher me lo impidió. Le miré extraño por su reciente acción.
—¿A dónde vas?—preguntó curioso.
—A mi casa idiota ¿dónde más?—respondí con odviedad apartando su brazo de un manotazo.
Asher miró a Augus quien se encontraba recostado en el marco de la puerta con los brazos cruzados y sus piernas extendidas.
—Augus—le llamó Asher con tono demandante. El susodicho pareció captar su demanda, ya que asintió con un leve movimiento de su cabeza para a continuación empezar a hacercarse son una expresión seria. Su lado adormecido pareció desaparecer.
Asher me tomó por los brazos, mientras August sujetó mis pies elevándome del piso.
—¿¡Qué demonios hacen!?—exclamé alarmada removiéndome incómoda.
—Irás con nosotros a trabajar—añadió Augus despreocupado, mientras empezaron a moverse conmigo a costas.
—¿Qué? ¡No! ¡maldición bajenme!—ordené.
Y así fue como terminé en Blues en contra de mi voluntad.
—Esto debe ser considerado como un delito, me han traído en contra de mi voluntad—murmuré para mí misma mientras recostaba mi cabeza contra la mesa de metal en la cual ahora nos encontramos ocupandola Augus y yo.
Asher se había retirado a cambiarse de ropa dirigiéndose al cubículo o almacén, aún no lo sé con exactitud.
—Es que eres demaciado reservada, hasta ahora lo único que sacamos de ti son insultos, aunque ya es algo. Pero estoy seguro de que si no hubiésemos tomado medidas como estas no habrías venido, admitelo.
Está en lo correcto e incluso tomando medidas drásticas intenté resistirme. Pero es imposible por más que haya entrenado, ejercitado y aprendido a defender con Adrien, mi cuerpo y fuerza no son comparables con el de dos chicos que me duplican en tamaño. Sin duda conseguiría liberarme si sólo se tratara de uno, pero ¿dos? Eso es demaciado.
—Ya me lo habías dicho cuando estabas todo borracho—dije chocante, levantando mi cabeza hasta mirarlo y cruzando mis brazos. Sus ojos se entreceraron en mi diriccion y mordió su mejilla derecha internamente. Un leve color carmesí cubrió sus mejillas—¿estás sonrojado?—pregunté de manera neutra.
—¡Callate!—dijo él girandoce y dándome la espalda para que no lo vea—no es mi culpa poseer tan baja tolerancia con el alcohol.
—¿ah, no?—me incliné hacia delante para que mi voz se escuchase más cerca—¿y de quién es? ¿del alcohol?—añadí con sarcasmo.

ESTÁS LEYENDO
𝑺𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒊𝒎𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂, ¿𝑨𝒖̀𝒏 𝒎𝒆 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒓𝒊̀𝒂𝒔?
Não Ficção𝑬𝒍 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒐́ 𝒂 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒎𝒂́𝒔 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒂, 𝒋𝒖𝒔𝒕𝒐 𝒆𝒏 𝒎𝒊 𝒑𝒖𝒏𝒕𝒐 𝒎𝒂́𝒔 𝒃𝒂𝒋𝒐. 𝒀 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊𝒆̀𝒏 𝒔𝒆 𝒇𝒖𝒆. 𝑬𝒔 𝒂𝒒𝒖𝒊́ 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒐 𝒚𝒐...