Capítulo- 50

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La luz del sol se cuela por mi habitación iluminando todo a su paso, como despejando todo lo que era denso y aligerando lo que es pesado.

Por primera vez en mucho tiempo no me molesta, al contrario, provoca en mí aquella sensación de que hoy es y será un día increíble, el cual disfrutaré. Siendo sincera en otra ocasión me hubiese enojado con el sol, si con el sol, por estar ahí como idiota echándome luz sin que se lo pidiera, o la tomaría con la cortina por ser una inútil que no consigue tapar bien el sol, en resumen, me desquitaría mi mal humor con la primera cosa o persona que a mi parecer tenga un error.

En realidad, la vida hay que disfrutarla y vivirla al máximo, durante mucho tiempo he estado sumergida en mi propia burbuja sin siquiera mirar por los huecos, pero de nada ha servido, porque lo que nos enferma es el hecho de creer que nosotros somos los únicos en tener la razón y nos negamos a aceptar nuestros errores.

Hay que aprender a aceptar que no somos perfectos y que no todo lo que hacemos tiene que salir como queramos, pero somos seres humanos capaces de volvernos a levantar e ir tras lo que queremos, el hecho de que seamos imperfectos no nos hace defectuosos, si no que nuestras imperfecciones son nuestra virtud, lo que nos caracteriza como personas y esas imperfecciones muchas son por las cuales los demás nos aprecian.

Somos perfectamente imperfectos tal cual somos y eso no es malo.

Es un hermoso día y procuraré que todos los días sean de esa manera. Mi insomnio ha empezado a desaparecer por completo, tengo personas increíbles a mi lado, he dejado de aferrarme al pasado que sólo me destruye y estoy aquí, viva y respirando sin tener que usar un respirador y comprar oxígeno para sobrevivir mi día a día, muchas personas sufren por eso.

Soy una persona afortunada por tener una familia, que, aunque no sea perfecta están ahí. Soy afortunada por tener comida en mi mesa todos los días. Afortunada por poseer salud y personas que están ahí para mí cuando más los necesito, soy afortunada porque tengo aquello que muchos desean tener y es una gran lástima que por un momento lo estuve despreciando y echándolo a un lado, todo por mi complejidad y cobardía.

Me negaba a enfrentar a los demás y mostrar lo que verdaderamente siento por mierdo.

Hay que disfrutar de lo que tenemos con constancia, porque no sabemos el momento, el lugar, ni la hora en que eso llegará a acabarse, para siempre sin mirar atrás, tan sólo dejando recuerdos de lo que alguna vez fue, y muy probablemente el final está más cerca de lo que creamos.

Termino de peinar mi cabello y dejo el peine en su lugar en la mesa.

Había despertado temprano, no tanto como cuando voy a clases, pero igual es temprano para mí. Un jeans largo, una blusa azul claro de mangas largas con rayas y unos converse negros es mi vestimenta del día. Decido dejar mi cabello suelto, ya tenía tiempo que no lo hacía y es que no importaba no hacerlo, pero me di cuenta que el no peinarse por días es tal vez un acto de locos, no es cierto igual lo seguiré haciendo sólo que hoy no.

¿Oh! Mi sentido de humor ha vuelto

Al bajar entro a la cocina para buscar algo de desayunar. Mi estomago esta pidiendo a gritos que lo alimente y mi cerebro me recrimina por no haberlo hecho.

—Oh, buenos días Mikaela, he preparado el desayuno. Huevos revueltos con una tostada y jugo de naranja, solía ser tu desayuno favorito, espero y no haya cambiado eso—papá parece nervioso al hablar mientras sonríe y hala una silla de la mesa haciendo señas para que me acerque—ven, ven toma asiento y desayuna conmigo.

Bien, esto es extraño.

Primero, papá me está hablando más de lo que me habla en toda una semana.

Segundo, me invitó a desayunar con él, solos y en la misma mesa.

𝑺𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒊𝒎𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂, ¿𝑨𝒖̀𝒏 𝒎𝒆 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒓𝒊̀𝒂𝒔?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora