—¡Hay que subir a ese!—gritó August saltando como un niño pequeño y Nina lo acompaña, señalando un nuevo juego que aún no hemos probado. Ambos se alejaron hasta llegar a él. Estaban más que entusiasmados. Me separé un rato para mirarlos desde la distancia.
Gracias a ellos he llegado a tanto.
A la comprensión, de que todo tiene más de un lado y que depende de el ángulo en que lo veas.
La aceptación, de que todos somos perfectamente imperfectos y qur nuestras imperfecciones son los que nos hace nosotros.
Amistad, no todos son iguales, siempre habrán personas que te amarán tal y como eres.
Sentir, vivir, disfrutar... y amar.
Hemos estado probando cada juego que nos paresca divertido uno tras otro sin detenernos, la energía que se desprende es inmensa pero igual de acojedora, sonrisas desbordantes y... felicidad. Y aunque trate de mantener mi calma, he de admitir que me la estoy pasando genial. Porque siento como cada vez más mis temores se alejan y me permito disfrutar con nuevas personas que sí se lo merecen, aquellas que han permanecido a mi lado sin importar nada.
Una suave brisa hace que me estremesca por un momento y me abrazo a mi misma, no fue una buena idea el haber dejado tanta piel descubierta. Ni siquiera sé porqué me esforcé tanto en verme bien.
Si lo sabes.
—¿Estás bien?—Asher se acerca inspeccinandome con su mirada, destellando preocupación.
Asiento de inmediato, conociéndolo haría una escena y se preocuparía demaciado. Logro sorprenderme de lo atento que es, como si estuviese al pendiente de cada movimiento que hago y no puedo evitar sonreír ante dicho pensamiento.
—Estoy bien.
Siento como sus brazos se embuelven alrededor de mi cuello desde atrás, el calor de su piel calando la mía. Al ser largos logra cubrir no sólo mi cuello, si no mis hombros, y parte de mis brazos con sus manos. Lo más probable es que esté agachado para poder obtener mejor movilidad y coloca su definida barbilla sobre mi cabeza. Me encojo ante su gesto, sintiendo un poco de vergüenza y tratar de esconder la sonrisa que se dibuja sola en mi rostro.
Estamos rodeados de personas y aunque hayamos compartido tomadas de manos y varios besos, eso no evita el hecho de que aún me sienta nerviosa por ello, me siento tan inexperta sobre estas cosas que el sólo hecho de sentir su tacto me emociona. Soy un completo parásito para esto, se supone que pronto cumpliré diecinueve años y paresco una niña. Además las pequeñas cosas como estas siempre han permanecido en privado, sólo nosotros sabemos sobre eso. Pero ahora estamos rodeados de multitudes de personas.
Me siento tan inexperta sobre esto, sin embargo, Asher hace que ese sentimiento no sea tan malo y empiezo a disfrutarlo.
—No pareces estarlo, empiezas a tiritar, tu nariz está roja y tus labios empiezan a tornarse blancos—murmura cerca de mi oído a través de mi cabello.
No entiendo como puede darse cuenta de la más mínima cosa que muestre, es como si para él fuese un museo al aire libre.
—Esto me recuerda a esa vez que llegaste a Blues completamente empapada por la lluvia e hiciste un desastre en el piso que acababa de limpiar, estabas a punto de perder el conocimiento y te negabas a compartir palabras conmigo o hacerme caso. Me enojé tanto por tu aspecto y tu falta de tacto hacia ti misma que incluso te grité por ello.
—Creo que esa fue la primera vez que no te vi como un extraño, porque tus gritos de aquella vez me recordaron a mi mamá, y se sintió tan bien que incluso te hice caso. También me prestaste tu cambio de ropa y te burlaste diciendo "pareces un duende, incluso a mi hermana pequeña le queda menos grande esa ropa"—dije tratando de imitar su voz, cabe destacar que ni cerca lo logré—al final terminaste acompañándome hasta la casa.

ESTĂS LEYENDO
đșđđđđ đ đđđđđđđđđđ, ÂżđšđÌđ đđ đđđđđđÌđđ?
Phi Hư Cáș„uđŹđ đđđđđÌ đ đđ đđđ đ đ đ đđ đđđđđ đđÌđ đđđđđđđđđ đ, đđđđđ đđ đđ đđđđđ đđÌđ đđđđ. đ đ đ đđ đđđđđ đđđđđ đđđđđđÌđ đđ đđđ. đŹđ đđđđÌ đ đđđ đ đđđđđđđđ đđ...