Miller aún sujeta mi mano, a pesar de habernos detenido hace ya un momento.
—Soltarme—demando.
habíamos acabado en lo que parece ser el comedor de la escuela.
Todo está completamente vacío, algo que es entendíble e imaginable debido a que todos debería de estar en clases.
—¿por qué? Tu mano es tan pequeñita y se siente cliente—suelto mi mano de la suya de forma inmediata este chico es peligroso.
—Escucha Miller...
Interrumpe—Dejemos la formalidades somos amigos puedes llamarme Asher. Vamos repite Asher—en definitiva es un caso perdido y apenas lo conozco por unos minutos.
—No somos amigos—gruño-y deja de molestarme manteniendo tu distancia de mi persona ¿entiendes?
—¿dijiste algo?—había subido en una de las mesas que se encuentran en el comedor, simulando tocar una guitarra cerrando sus ojos y haciendo mímicas con su boca—no estaba prestando atención, lo siento.
Pasó de estar encima de la mesa y se acercó al área de cafetería observando todo y no absteniéndose en lo absoluto de tocar cada cosa que le llamara la atención,su comportamiento es muy similar a la de un niño.
—¡mira,mira!—esto tiene que ser una broma—los utensilios de cocina parecen instrumentos—tomó una cuchara y empezó a tocar un satén con ella, produciendo un horrendo sonido.
—Miller deja eso, llamarás la atención y me llevarán a detención sólo por estar contigo.
—Sólo si me dejas tomar tu mano por un momento.
—Bien, yo me largo—caminé cabreada saliendo de el comedor.
—No,no,no espera—tomó lugar a mi lado siguiendome el paso—aún quedan cinco minutos para la siguiente clase—miró el reloj que posaba en su muñeca izquierda—tomemos asiento y esperemos.
—dije que te largaras.
—Ya deja de decir eso Mikaela. Así ahuyentaras a todas las personas a tu alrededor, te convertirás en una chica gruñona por lo que te arrugaras siendo aún joven. Con el tiempo te darás cuenta de que tu camino no fue el correcto, pero ya será tarde. Vivirás sóla el resto de tu vida, comiendo todo tipo de helados y cuidarás doscientos sesenta gatos.
Su narración de mi vida me parece tentadora. A tal punto de querer seguir los pasos que dice hasta conseguirlo.
—Entonces si habías escuchado—detengo mi andar y lo miro estupefacta—¿cómo sabes mi nombre?—por un momento creo haber visto tensión en él, pero fue tan corto que puede que sólo lo haya imaginado.
Me alarmo, no le he dicho mi nombre ¿cómo demonios sabe mi nombre?
—Lo leí en tu historial de la escuela—contesta de forma despreocupada.
—Eso es privado, no les es permitido a los estudiantes ver esa clase de cosas.
—Digamos que el director y yo somos cercanos—mueve su mano mano con desdén restandole importancia.
"Extraño" esa palabra describe perfectamente a este chico.
Su respuesta no logró convencerme del todo.
Su relación es cercana con el director y logró ver mi historial bien, aún así todo me resulta extraño.
—Buenos días clase—entra quien perece ser la maestra, acomodando su cabello y tomando asiento—¿cómo están bolas de pelos?

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𝑺𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒊𝒎𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂, ¿𝑨𝒖̀𝒏 𝒎𝒆 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒓𝒊̀𝒂𝒔?
No Ficción𝑬𝒍 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒐́ 𝒂 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒎𝒂́𝒔 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒂, 𝒋𝒖𝒔𝒕𝒐 𝒆𝒏 𝒎𝒊 𝒑𝒖𝒏𝒕𝒐 𝒎𝒂́𝒔 𝒃𝒂𝒋𝒐. 𝒀 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊𝒆̀𝒏 𝒔𝒆 𝒇𝒖𝒆. 𝑬𝒔 𝒂𝒒𝒖𝒊́ 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒐 𝒚𝒐...