Había despertado antes de que la alarma suene, la luz del sol colándose por la ventana de la habitación no me pareció molesta. Ningún gruñido ha escapado de mi boca y por primera vez en mucho tiempo mi cara no se sentía hacha mierda, al contrario se ve un tanto bien y residuos de diminutas lágrimas no encontré en mi rosto. Mis mente estaba totalmente despejada contemplando la hermosa vista al techo. Que bien se siente.
Me levanto de la cama y camino hasta el baño. Me detengo a mirar mi reflejo en el rectangular y largo espejo que cuelga a un lado en la pared. En estos dos años no he cambiado mucho, todo sigue igual a como estaba antes, a excepción de que mi cabello ahora está más largo, de igual manera he crecido varios centímetros, mi figura no se ha vuelto destacada ni mucho menos. Mi peso ha bajado un poco de lo normal. Levanto la blusa quedando sólo en un pequeño sostén blanco. Mi piel esta empezando a aderirse a mis huesos y las costillas empiezan a ser mas notables. Decido ignorarlo y entrar a la ducha.
Después de arreglarme me dirijo hacia la cocina con el propósito de encontrar a la abuela. Logro visualizarla mientras parece estar ordenando cosas.
—Abuela.
Ella termina de coloca la taza que reposa en sus dedos en su lugar, toma una pequeña bolsa de la mesa para a continuación dirigirse a mí.
—Hay dos para que compartas el chico guapo de ayer—dice con tanta seriedad que me deja estupefacta. Extendiendo su mano con la bolsa habia mí para que la tomara.
—Lo más seguro es que esté afuera, así que puedes dárselo personalmente—aparté un mechón de mi cabello que empezaba a estorbar mi visión—además somos tres con august.
—¿August?—preguntó bajando la bolsa—¿ese quién es?
—Primo de Asher—respondí.
—¡oh! Ya me agrada, Asher es un gran chico, su familia también debe serlo—Tomo de mi brazo y empezó a arrastrarme hacia la salida. Mis pies apenas y podían seguir el ritmo—¡anda quiero conocerlo!
Su velocidad es increíble, ¿cómo es que posee tanta fuerza a pesar de su edad? Los misterios de éste mundo son interminables y las respuesta escasas.
Al abrir la puerta como lo predije ambos estaban afuera esperando. Asher estaba reposando su espalda contra la pared cruzando sus brazos, viste unos jeans negros y una camiseta color gris ajustada, su cabello se muestra rebelde como si no lo hubiera peinado y sólo lo secó al salir de la ducha, august por su lado se encuentra sentado en el duro cemento. Al parecer ensuciar la ropa no forma parte de sus preocupaciones.
—Buenos días guapos—por favor que me caiga un gran bloque de cemento en la cabeza, tal vez así logre cubrir la vergüenza que siento en estos momentos—¿Por qué se quedan afuera? Debieron entrar y esperarla adentro.
—Sí hiciéramos eso Mikaela nos mataría—repondió August poniéndose de pié y sacudiendo el polvo de su ropa—no estoy exagerando, dijo que si venía encontrarían mi cadáver tres día después, descompuesto por los alrededores.
Sentí un profundo escalofrío y una mirada clavada en mi nuca.
—Es cierto, pero no se preocupe así es ella—añadió Asher empeorando las cosas.
Lo siguiente que sentí fue como su mano estampó contra mi cabeza haciendo que la inclinara hacia delante por el impulso.
—Mierda...Auch—gruño llevando mi mano hasta el golpe.
—Niña mal educada—dijo ella dando un paso hacia delante—de ahora en adelante entren y si el capullo dice algo me informan ¿bien?—demandó.

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𝑺𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒊𝒎𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂, ¿𝑨𝒖̀𝒏 𝒎𝒆 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒓𝒊̀𝒂𝒔?
Non-Fiction𝑬𝒍 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒐́ 𝒂 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒎𝒂́𝒔 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒂, 𝒋𝒖𝒔𝒕𝒐 𝒆𝒏 𝒎𝒊 𝒑𝒖𝒏𝒕𝒐 𝒎𝒂́𝒔 𝒃𝒂𝒋𝒐. 𝒀 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊𝒆̀𝒏 𝒔𝒆 𝒇𝒖𝒆. 𝑬𝒔 𝒂𝒒𝒖𝒊́ 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒐 𝒚𝒐...