Poderes

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Parados en el mástil de la proa, Kirinmaru y Towa miraban hacia el horizonte mientras el viento marino movía sus cabellos.

─¿Es por piedad hacia mi madre? ¿o hacia mi padre? ─le preguntó ella.

─Puedes verlo así ─le contestó él─. Al fin y al cabo, doscientos años siguen siendo un parpadeo en la vida de un youkai. Sólo hacen más lento un dolor inevitable ─se giró y le sonrió, para luego volver a perder su vista en la distancia.

─No doy la talla, ¿verdad?

─¿Crees que si no tuvieras el potencial de hacerlo te habría dado el trono? Escucha, Towa, vienes de una era donde los youkais han cesado sus peleas a la luz del día ¿No es así? Nunca tuviste la oportunidad de manifestar tus poderes, estos pueden crecer con el tiempo o de manera violenta y es el segundo caso en la mayoría de nosotros. Yo confiaba en tu abuelo a causa de su poder y aún ansío ese tipo de batalla. Sesshoumaru puede darla, pero está más interesado en Rin. Como youkai se ha deshonrado ¿Tú qué excusa vas a poner?

─Te reirías de mí por pensar parecido a Rin.

Él en efecto se rio.

─¿Estás esperando acaso que te diga: pobrecita Towa, cómo sufres, te han puesto el peso del mundo sobre tus espaldas, siento lástima por ti? ─observó el firmamento─. Nada de lo que esté allá fuera mostrará piedad por ti porque no tienes un lugar, tienes que forjártelo.

─¿Tú puedes enseñarme?

─Y lo haré. Tu vida me pertenecerá a mí, no pienso entregársela a otros humanos, y ni siquiera a otros youkai ─se inclinó un poco hacia ella─. Sólo mira la vergüenza que has tenido que pasar por intentar seguir el camino trazado por alguien tan falto de consciencia como tus familiares humanos.

Se refería a eventos del mes y debía estar agradecida con él de haber intervenido a través de su telepatía, tal y como lo había prometido. Ella lo rememoró.

Llevaba mucho tiempo entrenando, esperando ganar fuerza para arremeter contra el cometa, pero no lo conseguía, cada vez tenía más consciencia de su youki, pero no lo liberaba. Él le había advertido que en algún momento lucharían, pero lo estaba retrasando. Aunque dijo que no le tendría compasión, en realidad sí se la estaba teniendo. Ardía en sed todo él, Towa podía sentirlo en su mirada, en su intención, en todo.

Ella no pensaba escaparse, no después de saber que estaría sola. Pero una parte de sí la traicionaba. Obedeciendo a esa parte, siguió yendo con sus padres adoptivos y siguió asistiendo a clases, como cualquier chica humana. Se distraía con los libros, con el entretenimiento y al final de clases iba a tutorías. Pero un día en que le fue especialmente mal en sus espacios académicos, sintió que se le burlaban. Hizo algo estúpido que podría haberla delatado: destruyó material de la escuela por el que sus padres tendrían que pagar una cuantiosa suma. Fue expulsada de su salón de clases, se la amonestó y fue enviada con su tutor.

Ella miró a Kirin irritada, él estaba sentado en una de las mesas con los dedos entrelazados.

─Es absolutamente inapropiado que una alumna de una prestigiosa escuela de señoritas destruya mobiliario escolar ─suspiró mientras se ponía de pie e iba hacia ella, estaban solos─. Eso te dirían los seres humanos, pero tú puedes decirle al Rey lo que en verdad te está molestando.

─¿Él... me está escuchando?

El profesor asintió.

─Estoy cansada de tratar de ser como las otras, de tener en paz a mi familia, de contentar a Rin, de ser la vergüenza de Sesshoumaru, el blanco de todo tipo de youkais que destruyen aldeas por mi culpa y que todavía las fastidiosas reglas de esta era Reiwa y todos los docentes parezcan burlarse de mí ─le lanzó un puñetazo y él la cazó en el aire.

Larga vida a la Reina - Fanfic Kirinmaru Towa - UADonde viven las historias. Descúbrelo ahora