Tesoros variados de todo tipo, oro, plata, piedras preciosas, joyas y otros objetos de valor. Telas finas de la mejor calidad y los colores más brillantes, con bordados y brocados en ellas. Vestidos lujosos. Libros y documentos de temas variados. Armas de toda clase que podían ser reforjadas como armas sobrenaturales. Barriles con especias y grandes empaques compartimentados con medicinas herbales y no herbales dadas por Yan. Todas estas cosas, obtenidas en compras y en asaltos durante el viaje, eran regalos como muestra de buena voluntad hacia el clan del inuyoukai, como una manera de honrar la alianza entre clanes. Kirinmaru tenía suficientes cosas para sí mismo de sus muchos viajes y sus largos años de existencia, entregarles todo esto, era un detalle... bonito.
Cuando él y la Reina Bestia llegaron a la zona de almacenes, Setsuna ya se encontraba dirigiendo esforzadamente a los sirvientes para que separasen las cosas según su tipo. Algunas irían a la cocina, otra a la tesorería, otras a la biblioteca, otras al pabellón de las ropas. Las armas a la armería. Las plantas medicinales que fueran susceptibles de cuidarse en invernadero serían puestas en un jardín. Towa no debió hacer casi nada, su hermana lo hizo todo por ella. Después de todo, Setsuna había pasado más tiempo allí y conocía mejor cómo se manejaban las diferentes áreas y a dónde correspondía cada cosa. La chica albina lo que hizo sobre todo fue aprender cómo dirigir a los youkai sirvientes.
Setsuna se giró a mirarla con una sonrisa amable pero temerosa.
Towa miró a su hermana con cierta tristeza. Y forzó una pequeña sonrisa.
─Gracias por ayudarme con esto.
─Por supuesto, te ayudaré y guiaré en todo lo que necesites, tú sólo pregunta.
─Claro, me gustaría conocer todas las zonas y a quienes las manejan.
─A la orden, hermana ─se cuadró ante ella y luego, la guió por los diferentes espacios, casas y pabellones que conformaban el palacio, para que Towa tuviera la oportunidad de hablar con los diferentes youkai, machos y hembras, que allí servían, conocer las tareas que hacían y cómo ordenaban las cosas recibidas.
Kirinmaru era invitado, así que básicamente sólo la seguía para imponer presencia y respeto ante la hanyou de parte de todos los que ella visitaba. El resultado eran postraciones profundas y prisa para cumplir las demandas de la albina. Por otra parte, se aseguraba de que nada del cargamento hubiera sido por error olvidado, omitido o robado.
Towa tenía el primer impulso de saludar a todos los sirvientes con gran amabilidad, pero el kirin la miraba feo.
─Con dureza ─le recordó entre dientes más de una vez.
Entonces ella tomaba aire, ponía un porte recto y altivo y sin bajar la cabeza, dedicaba una mirada helada, saludando con cortesía y amabilidad. Hacía lo que creía que su padre haría. No se sentía muy cómoda, pero creía que era lo correcto.
Los sirvientes se le presentaban por nombre y rango según el sitio en que trabajaran y le describían las tareas que realizaban. Le mostraban también los trabajos a medio hacer.
En la cocina, por ejemplo, tuvo la oportunidad de ver una cena de bienvenida y se enteró de que esto era común desde la llegada de su madre, cuando era muy joven.
En la tesorería, vio a los sirvientes que llevaban las cuentas de todo lo que había llevado.
Cuando visitó la biblioteca, vio a un youkai muy serio, leyendo todos los libros conseguidos para ir ordenándolos en estantes y filas, según sus tipos y fechas.
Cuando llegó a pabellón de las ropas, vio cómo eran ordenadas las telas, pero aparte, vio una hermosa pieza de brocado en un kosode malva, en la cual se estaba diseñando un imponente dragón. Le dio curiosidad por preguntar.
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Larga vida a la Reina - Fanfic Kirinmaru Towa - UA
RomanceDespués de que su vida fuera salvada en batalla, el kirin entrega el trono del Oeste en manos de Towa y pide su mano. Towa se verá envuelta entre el tumultuoso estilo de vida de los youkai y su deseo de ser humana y estar con su familia. Disclaimer:...