Carrera

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Kirinmaru volaba en dirección al mar siendo seguido por un furibundo Kuroka que, envuelto en llamas, estaba dispuesto a dañarlo.

El kasha recordaba haber visto a Kirinmaru en batallas pasadas y haber terminado huyendo por falta de poder, pero en ese tiempo creía haber alcanzado suficiente poder para enfrentar al Rey Bestia finalmente.

—No te dejaré escapar con Tenseiga y los poderes espirituales de la otra mocosa —lanzó bolas de fuego hacia el kirin, pero todas se encontraron con barreras de energía y rebotaron hacia él.

Kuroka las esquivó con habilidad.

—Estás muy equivocado si piensas que mis únicos sirvientes son los muertos humanos. ¡También me he adueñado de multitud de youkai!

Sus ojos brillaron e hizo una invocación. A au alrededor, aparecieron y se lanzaron contra el Rey Bestia hordas de criaturas deformes, como animales, seres alados, insectos y quimeras, que tenían en común la piel negra y los ojos rojos, causados por el control de Kuroka.

Kirinmaru giró la cabeza y de su boca disparó rayos de energía que salieron como miles de lanzas, destruyendo a los atacantes hasta pulverizarlos.

Con el polvo de huesos de sus sirvientes vencidos, Kuroka invocó un gashadokuro de tamaño menor, pero éste no tenía forma de esqueleto humano, sino la forma del esqueleto de un kirin, con sus astas y patas unguladas, el cual corrió veloz detrás del daiyoukai.

—¿Así que te gustan los trucos sucios? —Kirinmaru disparó de su boca dos bolas de fuego, producto del control elemental de la magia aprendida de su hermana. Estas bolas de fuego tomaron la forma de leones. Una atacó al kirin esquelético y el otro atacó a Kuroka mismo.

El kasha se encontró girando en el aire, atrapado por el león, batiéndose con éste entre arañazos y mordidas.

—Moroha, recupera la consciencia ─pidió Kirinmaru.

La chica abrió los ojos intentando obedecer y observó la extraña escena.

—Su Majestad, Kuroka está atacando a un león...

—Tensa tu arco y dispárale.

—Pero si me he quedado sin flechas.

—Solo obedece.

Moroha tensó el arco vacío, Kirinmaru recitó uno de los encantamientos aprendidos y en el arco apareció una flecha hecha de fuego violeta de su propia energía. Moroha disparó al esqueleto y al tratarse de poderes espirituales mezclados con los del youkai, se generó una suerte de Bakuryuuha que destruyó al ser.

Kuroka intentó hacer que la criatura se regenerara, pero el león con el que forcejeaba le impedía concentrarse en dicha tarea.

La shihanyou volvió a "cargar" el arco apareciendo una segunda flecha de fuego, la cual disparó a Kuroka. Como estaba débil no pudo hacer blanco de manera correcta y tampoco pudo controlar la energía de Kirinmaru. La flecha dio en una pata de Kuroka y éste comenzó a precipitarse hacia él vacío, siendo mordido por el león de fuego invocado.

Moroha se desvaneció y no cayó del lomo del kirin sólo porque Towa reaccionó y alcanzó a sujetarla de un brazo.

Se suponía que era su turno, debía levantarse imbuida en sus poderes, blandiendo a Tenseiga, pero estaba demasiado débil y sólo pudo observar cómo el kasha caía en algún bosque perdido en medio del paisaje.

Kirinmaru siguió volando por largo trecho hasta alcanzar el mar y conseguir divisar su barco, justo a la hora en que el sol comenzaba a levantarse. Estaba furioso. Odiaba usar trucos sucios en batalla, lo que Kuroka lo había obligado a hacer era muy deshonroso. Pero no podía volver a él. Quería salvar a Towa primero. Él había prometido en más de una ocasión procurar su supervivencia y era un youkai de palabra.

Larga vida a la Reina - Fanfic Kirinmaru Towa - UADonde viven las historias. Descúbrelo ahora