Presentación

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Moroha había estado aprendiendo muy bien el arte de la sanación por medio de los poderes espirituales, ayudada por las hierbas medicinales, todas tan aromáticas. Ella había optado por darles masajes después de la cena y limpiar la energía que habían acumulado. Si hubieran estado en su forma normal, este poder espiritual las hubiera herido, pero estando en forma humana su toque era tan cálido y reconfortante, tan cómodo y placentero en ese silencio absoluto. Sólo faltaba que su madre estuviera allí tocándoles el violín para que todo fuera perfecto. Sin darse cuenta, Towa cayó en un profundo sueño.

Al abrir los ojos, vio que estaba en los brazos del Rey Bestia del Este, quien la observaba desde arriba.

─Estaremos juntos para siempre ─le decía─, solos tú y yo.

─¿Solo tú y yo? ─repitió.

Miró hacia un lado y sus ojos se abrieron mucho, podía ver por todo el suelo sangre y los cadáveres desmembrados de Rin, Sesshoumaru, sus padres, tíos y hermanas. El kirin reía.

Se sentó en la cama gritando. Setsuna y Moroha gritaron porque se asustaron por su grito.

─Tranquila, estabas teniendo una pesadilla ─Moroha la tomó por los hombros.

─Todo está bien, estamos aquí contigo ─le dijo Setsuna.

─Puedes contárnoslo si te hace sentir mejor ─la instó su prima.

─Soñé que él mataba a todos para quedarse con todos los territorios ─les dijo.

─No te preocupes hermana, definitivamente no le dejaremos hacer algo como eso.

Lo que no sabía es que él se encontraba escuchando parado del lado de afuera de la puerta, atraído por los gritos. Ellas no se percataron de su presencia porque la luna nueva mermaba sus sentidos. Así que ese era el modo en que los humanos lo veían. Pensaba hacer algo al respecto de inmediato. El kirin fue a ver a su tripulación y pidió que cambiaran el rumbo del barco. Luego mandó a tierra a otros sirvientes para que hicieran correr la voz por todo el Este de su voluntad.

Cuando las chicas despertaron en la mañana se sentían mejor y sus poderes habían regresado. Sus sentidos eran poderosos nuevamente. Sus heridas eran más leves y soportables. Había olor a fruta llamándolas desde el piso de abajo. La habitación seguía siendo un revuelo de plumas. Sintiendo que le habían faltado el respeto al Daiyoukai, se pusieron a limpiar todo rápidamente y luego bajaron a comer. Al mirar por la ventana, se dieron cuenta de que el barco había anclado en la costa, eso era poco común. Mientras desayunaban, algo que el Daiyoukai había descubierto que hacían a diario, las saludó y les dijo que comieran rápido y que empacaran todas sus cosas, ya que harían un viaje por el Este. Conocerían todo el territorio y también a los súbditos youkai que lo habitaban.

Ellas se miraron sorprendidas, no habían esperado eso. Towa salió con una manzana en la boca, poniéndose su saco. Las otras dos se apresuraron a tragar y seguirla. Empacaron las pocas cosas que llevaban y luego salieron a cubierta, donde las esperaba una montura en forma de caballo monstruoso con patas llameantes. Se subieron al youkai y luego siguieron al kirin volando. El viaje fue largo y pudieron conocer montañas, valles, lagos y bosques.

Se detuvieron en la cima de un alto monte desde donde se podía ver gran extensión de territorios, tanto de youkai como de humanos. Al principio todo estaba tranquilo, pero las chicas pronto divisaron muchos youkai acercándose, atraídos por la luz de Kirinmaru, que llenaba toda la cima, como llamas de fuego del sol. Ellas se pusieron muy tensas, pero él parecía contento. Lentamente los youkai comenzaron a subir la ladera de la montaña, por un camino natural que ésta formaba.

El Daiyoukai miró a Towa y le dijo que no temiera desplegar todas sus energías, ya que las necesitaría para infundir miedo a las criaturas que llegarían pronto a conocer a la hija de Sesshoumaru. Ella apretó los puños, cerró fuertemente los ojos y se concentró en enfocar toda la energía que podía a su alrededor cual escudo. Había centenares de youkais rodeando la montaña por cielo y tierra, pero no se acercaban. Aquellos que la estaban subiendo, eran los más poderosos de entre todos ellos, líderes de clanes, jefes de territorios, lo suficientemente atrevidos como para acercarse a la intención mágica de Kirinmaru.

Larga vida a la Reina - Fanfic Kirinmaru Towa - UADonde viven las historias. Descúbrelo ahora