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Se encontraba sobre el tatami semidesnuda, exhausta y transpirada, había sangre en sus muslos y sentía como si su alma hubiera salido de su cuerpo y se negara a regresar. Hikyu la abrazaba de manera protectora y le había plantado un beso en la frente.

─Estoy muerto, Towa-sama. Tengo que irme de aquí.

─¿Al Oeste?

─A donde vaya, Kirinmaru-sama me encontrará y me convertirá en polvo, tengo que ir al continente y sobre todo salvar a Shirome ─le plantó otro beso en la frente─. Eso es lo que quisiera, pero me será imposible.

Ella seguía sintiéndose embelesada por él. La había hecho sentirse bien, no quería que fuera asesinado.

─¿Es por sus responsabilidades aquí?

─Es por más que eso. Hace cien años me enfrenté a una sacerdotisa oscura que quería ocupar mis poderes para maldecir a un dignatario humano. Como me negué a su pedido, me puso un sello de nueve cortes que me impide ir más allá de ciertas regiones. Para salir de aquí, necesito esa libertad. Le pediría ayuda al mismo amo, pero ese sería mi fin. Si yo no estoy aquí, usted corre menos peligro.

Ella se quedó en silencio y le pasó una mano por el rostro.

─Conozco alguien que creo que sabe sobre ese tipo de hechizo ─se sentó y se cubrió con sus ropas─, si me permites ir a buscarla, podría traerla y ella te liberaría de esa maldición.

Él se puso de pie.

─Está bien, majestad, alístese y le prepararé las cosas para un viaje a su hogar.

Ella se vistió a toda velocidad. Lo que quería era escaparse de ella misma. Pedirle ayuda a Moroha, para que le guardara el secreto, solucionar este problema, enviar al continente a Hikyu y su hija y olvidarse de todo.

Cuando llegó al pueblo, bajó de la espalda del youkai que le hacía de montura y pudo percibir el olor de su tío y prima, se alegró mucho y corrió a casa de Moroha. Ésta a su vez la había olido y salía a recibirla.

Towa le dio un gran abrazo.

─Ya, tranquila ¿por qué me abrazas como si alguien se fuera a morir?

─Es que te extrañé mucho, viajé hacia en Este y tengo mucho que contarte, hay un problema con la corte de Kirinmaru-sama y eres la persona perfecta para ayudar.

Inuyasha salió a verla, pues había escuchado la conversación.

─¿Necesitas ayuda? ¿Necesitas que regrese allá contigo?

─Oh, no, tío, no hace falta, es un problema menor. Permíteme viajar con mi prima ¿sí?, no tengo mucho tiempo para esto.

Inuyasha movió las orejas en diferentes direcciones.

─Towa, hija ¿Te sientes bien? ─él iba a tocarle la mejilla─. Hueles como a veneno.

Moroha se puso seria, preocupada. Towa se hizo hacia atrás evitando el toque de la gran mano.

─¿De qué hablas tío? ─sonrió la albina─. Yo soy como mi padre, soy resistente a los venenos.

Él levantó las orejas.

─¿Podrías entrar un momento a mi casa y esperar a que Kagome vuelva de atender a un campesino? Estaría bien que tu tía te revisara.

Oh, no, si ella hacía eso, descubriría lo que había hecho.

─Lo siento, es que en realidad tengo mucha prisa.

─Nunca hay demasiada prisa para atender la salud.

Larga vida a la Reina - Fanfic Kirinmaru Towa - UADonde viven las historias. Descúbrelo ahora