#6

5K 674 248
                                    

Los días habían dejado de pasar.

El rubio sabía que llevaba poco tiempo en la Zona Este, pero había llegado un punto en el que ya no le importaba el número de días interno. Para él, lo único que pasaba era el efímero tiempo. Todo daba igual, todos los lugares eran los mismos, las personas eran las mismas y todo lo que le rodeaba se repetía constantemente. Las paredes viejas, la seca hierba del patio, las sonrisas de los presos cuando tenían visitas y los llantos de los recién llegados al anochecer.

Demasiado muerto para una persona tan viva como Wooyoung. Quizá por eso estaba allí dispuesto a sobornar a un funcionario con sus encantos sin ser realmente necesario. Sólo por entretenerse un rato.

Se detuvo frente a la puerta en la que había estado días atrás. Recordó las palabras del cuarentón funcionario, quien intentaba meterle miedo. El rubio bufó antes de abrir la puerta sin molestarse en llamar primero.

–Con permisooo –dijo, entrando como en su propia casa y yendo directo a sentarse en la silla que hacía frente al escritorio de Seonghwa.

–No te he dado el permiso, que yo sepa –dijo éste, alzando una ceja y dejando una pila de papeles colocados a un lado.

–Vengo por lo que me dijiste. Puedo intentar convencerte ¿cierto? –preguntó con tono sugerente– Me niego a que me encierren en aislamiento de segundo grado, y más siendo culpa de Mingi y los otros.

Seonghwa suspiró.

–Lo ocurrido ha sido verificado por las cámaras de seguridad y ha llegado a mis superiores. Exigen que alguien tome responsabilidad por ello, porque si no ponemos severos castigos para cosas como esta la cárcel se convertiría en un cachondeo. ¿Te imaginas, a todo el mundo dejando inconsciente o incluso matando a todo el mundo?

–¿Y tus superiores no tienen sentido de la justicia? Si lo vieron entonces saben que no fui yo.

–El interior del almacén no está videovigilado. Lo que ellos han visto es la zona del corredor, por lo que les vieron entrar a ellos igual que a ti. ¿Quién sabe lo que pasó dentro?

Wooyoung se carcajeó y se cruzó de brazos.

–Lógicamente porque tienen que haber visto entrar a Mingi, Seungyeop y demás con Hongjoong. También estará grabado cómo yo solamente pasaba por ahí y me metieron a la fuerza.

El funcionario, ahora ejerciendo de mediador, dio una palmada en la mesa, fastidiado.

—Así son las cosas, niño. Hoy te toca joderte a ti y otro día le tocará a otro joderse por ti, y así continúa el ciclo. Por cierto, respecto a tu pregunta, la justicia es subjetiva.

–Vamos, que me voy de cabeza a aislamiento –dijo con voz rendida.

Él asintió, y el rubio se levantó del sitio desperezándose, como si tuviera sueño, para empezar a caminar por aquella pequeña sala. Observó la escueta decoración y los cuadros de las paredes.

–Park Seonghwa –pronunció su nombre mientras miraba la pintura de un cuadro– No sé qué mierda pasa en este sitio, pero quiero saberlo todo. Y estoy lo suficientemente aburrido como para hacer cualquier cosa para divertirme.

–Te meterás en líos.

–No tengo nada que perder.

El cuadro que el rubio admiraba mientras mantenía esa conversación con el funcionario era el dibujo de unas manos cuyos dedos estaban entrelazados, y sus muñecas estaban unidas por unas esposas plateadas. En la parte inferior del cuadro se hallaba una frase en inglés: "imprisonment gives you freedom".
Parecía propaganda política de entreguerras.

LOVER BOY - woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora