Nana Suave Para Presos

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Último capítulo.
Un placer 🌺

Las altas temperaturas del verano parecían encajar perfectamente con esa maravillosa noticia. Todo el mundo se alegró, la compasión se apoderó de todos y el ambiente era relajado y feliz. Por fin se había hecho justicia.

La abogada de Wooyoung se levantó del sitio con una sonrisa satisfecha, recogiendo sus cosas y guardándolas en un maletín. Habían ganado el juicio. Ahora todos esos documentos sobre el caso eran irrelevantes y se convertirían en hojas apiladas en una estantería, amarillentas con el tiempo. Jung Wooyoung también se puso en pie, pero no estaba seguro de qué debía hacer ahora. Iba vestido con un traje, aparentando una estabilidad y formalidad que hacía años que había perdido. Miró de reojo a su abogada. Ella le devolvió la mirada para despedirse de manera enérgica y contenta, pero la mirada de él mostraba un vacío infinito. Un martirio sempiterno. La mujer desdibujó poco a poco la sonrisa de su rostro, decidiendo hacer un asentimiento de cabeza como despedida y marcharse tranquila.

El chico rubio se quedó unos minutos más de pie, con la vista clavada sobre el estrado del tribunal de justicia.
No era verdad.
No se había hecho justicia y nunca se haría, porque nadie conocía los hechos reales.
Era todo una mentira despiadada, que había sigo cargada a las espaldas de aquel a quien nadie le importaba, a quien se suponía que ya lo tenía todo perdido.

Llevó su vista a uno de los alargados ventanales y recordó las palabras del juez, que parecía que iban a vivir rodando en su mente por la eternidad.

–Jung Wooyoung, a fecha de 29 de agosto de 2021, te declaro inocente y, por lo tanto, libre de los cargos que se te imputan.

¿Cómo era eso posible? Durante el juicio había estado tragándose la declaración de culpabilidad, queriendo haber saltado y dicho: "Señoría, soy culpable de eso y más. No sabe usted cuánto más". Pero no podía hacer eso.
La madre de cierto reo había asistido al juicio y lo estaba observando. No podía decepcionar a la señora Min, no cuando ésta portaba los mismos ojos que Choi San algún día tuvo.

La simple razón por la que toda esa cadena de juicios interminables en los que se había sumido terminó beneficiándole, fue porque la madre de San apareció un día queriendo hablar con el rubio y le dijo que estaba allí para ayudarle. Que era lo que su hijo habría querido, y que ayudar a Wooyoung sería su manera de disculparse ante el pelinegro. Así, la mujer pagó a una de las mejores abogadas del país para que le asistiera, y dio sus frutos.

En el tribunal se aclararon los malentendidos respecto a su primera condena, quedando claro que el culpable de todo ello siempre fue su padre, ya que le obligó a ejercer de lover boy como trabajo forzado bajo amenaza. Y respecto a toda su historia tras la fuga de la cárcel...

Wooyoung había sido declarado víctima, rehén del psicópata Choi San.

...

Ese día hacía viento. Una ventisca alborotadora.

Debido al mal temporal, Wooyoung abrió la puerta del hospital y entró rápidamente, suspirando de alivio al notar el cálido ambiente del lugar. Se recompuso nada más ver a un hombre, bastante joven, caminando hacia él con prendas blancas de médico. Él también las llevaba, pero ese otro chico era otro rollo. Despedía profesionalidad por todos sus poros.

–Hola –saludó, cuando llegó hasta él– Soy Wooyoung. El de prácticas.

El chico le sonrió.

–Choi Jongho. Psicólogo.

Wooyoung enarcó una ceja.

–Pensé que me iba a instruir un psiquiatra.

LOVER BOY - woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora